En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Jn 16, 7-13).
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Mis hermanos y mis hermanas, la vida es hecha poco a poco. En cada periodo de nuestra vida conseguimos soportar algunas adversidades. A veces, recibimos un choque de realidades duras, con las cuales nosotros no sabemos lidiar ni responder, son eventos aislados.
Jesús respeto los periodos de la madurez espiritual de Sus discípulos. Seguramente, cuanta cosa Jesús habría hecho a ellos, pero, por amor y respeto en la inmadurez de ellos, se agarro en muchas circunstancias para no desanimarlos ni escandalizarnos
El Espíritu no solo recordara las cosas dicha por el Señor
Nosotros observamos, en la Biblia, que Dios se fue revelando poco a poco a nosotros. ¿Ya ha visto el daño que una trompa de agua puede causar en el suelo? [Aquí, nosotros también queremos aprovechar la oportunidad para solidarizarnos con nuestros hermanos que están sufriendo en el Rio Grande del Sul y en Santa Catarina, en Brazil, y rezar por esta situación]. Bueno, cuando vemos el efecto de una trompa de agua, cuando cae en el suelo una vez, cuanto daño ella hace, no lo es? El suelo no es capaz de absorber aquella agua en un tiempo rápido. Es así, mis hermanos, Jesús va como que, cuentagotas, mostrando Su verdad y Su voluntad en nuestro tiempo.
Jesús abre una parte de la ventana de la Verdad, pero somos responsables, después, al Espíritu Santo, abrirnos y revelarnos completamente Dios y Su proyecto de amor por la humanidad. Un detalle: el Espíritu no solo recordara las cosas dictas por el Señor, pero también las cosas futuras, las profecías para los tiempos actuales. No espera de un vidente lo que el Espíritu Santo puede revelar para ti, abrate a la acción e invoque con fe. Nosotros estamos preparándonos para esta gran solemnidad. Invoquemos el Espíritu Santo y pide que Él te ayude madurar en el camino del Señor.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!