“En aquel tiempo, Jesus conto esta parabola para algunos que confiaban en su própria justicia y despreciaba a los otros “Dos hombres subieran al tiemplo para estar en oración, un era fariseo, el otro recaudador de impuesto. El fariseo, de pié, rezaba así en su íntimidad, “Oh Dios, yo te agradezco porque no soy como los otros hombres, ladrones, desonestos, adulteros, ni como este recaudador de impuesto. Yo ayuno dos veces por semana, y doy el dicimo de toda mi rienda”. El recaudador de impuestos, todavia, quedo a distancia, y ni si atreveria a levantar sus ojos para el cielo, pero batia en su pecho, diciendo, Mi Dios, tiene piedad de mi que soy pecador” ( Lucas 18, 9 – 13)
Vea la parabola que Jesus cuenta en este dia de hoy. Estamos en el tiempo cuaresmal, es un tiempo de purificaion hasta mismo de nuestras prácticas religiosas. Hoy, de manera particular, la oración. Y ella no puede nunca ser presuntuosa. Y Jesus cuenta, justamente, para los presuntuosos esta parabola de hoy, aquellos que creen que conquistaran antecipadamente la salvacion, a partir de los próprios méritos, a partir de las próprias actitud y próprias acciones.
Aqui, necesitamos diferenciar una cosa importante; este hombre comienza a gabarse, comienza a elogiarse de aquello que hace. Una cosa es la autoconfianza que tenemos en nosotros, eso es una actitud buena. La autoconfianza es aquella justa medida de nuestras capacidades, tengo conciencia de mi camino de fe, tengo conciencia de aquello que necesito practicar, de aquello que vivo, pero otra cosa es la presuncion, que es lo; :”Yo si, el otro no”. “Este otro aqui puede ser Dios, este otro aqui puede ser cualquier persona”; hecho mi camino independientemente de los otros. E es lo peor, dice la palabra, que este hombre despreciaba los otros. La traduccion original, del grego, dice que el anulaba los otros; para el, el otro y nada eran la misma cosa. Entonces, es un camino solitario, independiente y autosuficiente.
Despues, la palabra del Evangelio dice que este hombre observaba todos los preceptos de la ley judaica, no que le dije a respecto de la religiosidad. Muchas veces, tenemos esta mania de querer ver todo, y más lo que yo creo por mi cabeza. Si tiene un magisterio de la Iglesia, yo tengo mi “magisterio plus”, se ecxiste una espiritualidad que la Iglesia ofrece, yo tengo mi “espiritualidad plus”. Siempre me veo de manera de ser más de que alguien, ser más de que los otros. Eso es un gran peligro que, en nuestra experiencia de fe, nosotros corrimos. Aquel hombre se miraba acima de los otros. Y aquello que era bueno, que serian las practicas que El hacia, prácticas de piedad, tornabase para el un tropezón.
Talvez hoy, sea el dia tambiém de purificar nuestra oración, de reconocer todo aquello que somos.
Los dos hombres van a entrar en oración, es la misma actitud; oración, es el mismo hogar: el tiempo, pero la disposicion interior es completamente diferente.
El primero comienza a autoelogiarse, ya el segundo tiene conciencia de su miseria, el primer tiene posición firme, en pié, esta en oracion no delante de Dios, pero delante de si mismo, delante de sus aparentes realidades. El otro no, pues el reza delante de su miseria, pero conociendo que quien esta a su frente es El Dios misericordioso, es El Dios todo poderoso, lleno de bondad para con nosotros.
Jesus, en el final de la parabola, dice que; el primer no fue justificado, pero el segundo si, porque el primer rezó con sus próprios méritos, contó sobre sus próprios méritos, ya el segundo contó unicamente y exclusivamente con la piedad de Dios.
Talvez hoy sea el dia tambiém de purificar nuestra oración, de reconocer que todo aquello que somos, todo aquello que tenemos o hacemos es por gracia de Dios, es porque Dios amanos primeramente.
Sobre todos nosotros, la bendicion de Dios todo poderoso. Padre, hijo y Espiritu Santo. Amém