“El funcionario le respondió: Señor, baja antes que mi hijo se muera. Vuelve a tu casa, tu hijo vive, le dijo Jesús. El hombre creyó en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino” (Jn 4, 49-50)
Mira, era un hombre muy importante, era funcionario del rey, trabajaba para él pero el rey ni él, con su capacidad, con su dignidad y autoridad humana podían hacer nada por su hijo que estaba enfermo.
En el mundo es así, hay personas que tiene autoridad para mandar y desmandar; hay personas que tiene dinero comprara todo lo que quieren y pueden (humanemente hablando), pero no hay dinero y autoridad que compren, roben y traen el Reino de los Cielos para nosotros. No hay autoridad para mandar en Dios, no hay autoridad que sea más que Él.
El orgullo humana va hasta un punto, después, él caer en el más profundo de los abismos. La mayor autoridad puede llegar a lo más importante cargo, puede llegar y recibir los más importantes reconocimientos humanos, pero después sigue el destino de todo y cualquier ser de esta Tierra, va ser polvo como cualquier otro.
Solo Jesús puede salvar nuestros hijos, nuestra casa, nuestra familia y nuestra vida
Solo un puede levantar la dignidad humana, solo un tiene poder sobre la vida humana para que ella sea plena. Solo Dios puede todo en nosotros y para nosotros, por eso que, grandes y pequeños; autoridades; personas que creen que todo pueden y mañana no van poder, personas que están corriendo con orgullo, soberbia y se aventajan sobre los demás, mañana pueden estar enfermos y postrados. Algunos están incluso frustrados o enfrentando verdaderos sentimientos depresivos, porque no pueden mandar más, no pueden hacer más lo que hacían antes con su dinero y autoridad, porque, experimentaran el limite de la naturaleza humana.
Todo en la vida llega a un limite, el único que no tiene limites es el amor, la bondad y la ternura de Dios. Por eso, ese funcionario0 del rey sumergió en su humildad y fue suplicar Jesús que hiciera algo por su hijo, porque con todo lo que él tenía no podía salvar su hijo.
Solo quien puede salvar nuestros hijos, nuestra casa, nuestra familia y nuestra vida es Jesús, Él es el Señor de la vida. El funcionario clama: “Baja, Jesús. Haga algo para salvar mi hijo”. Jesús, escuchando la voz de él dijo: “Puede ir, tu hijo esta vivo”, y el hombre creyó en la palabra de Jesús.
Necesitamos creer en la Palabra de Jesús, necesitamos llevar la vida en nombre de Él, porque solo Él nos da la vida, solo Él da la razón para nuestra vida, solo Él es capaz de quitarnos de los profundos abismos para dar el sentido único y eterno para nuestro vivir para nuestra existencia.
¡Dios te bendiga!