“A medianoche se oyó un grito: ¡Viene el novio, salgan a su encuentro! Todas las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Entonces las descuidadas dijeron a las precavidas: Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando. Las precavidas dijeron: No habría bastante para ustedes y para nosotras; vayan mejor a donde lo venden, y compren para ustedes.” (Mateo 25,6-9).
Mis hermanos, Nuestro Señor esta contando, estos días, las parábolas sobre el juicio, sobre el fin de los tiempos; y aquí, el Señor, más una vez, cuenta esta parábola para hablar sobre el Reino de los Cielos – las virgens, las jóvenes prudentes, las precavidas y las imprudentes y las descuidadas. ¿Qué horas vendrá el novio? No se sabe. El novio aquí es el Cristo. Nosotros somos la novia, somos la humanidad, somos la Iglesia que guardaba la venida del Cristo.
En el matrimonio judaico, en la mentalidad israelista, no es la novia que es esperada, pero el novio que ese esperado. “El novio esta llegando. Va a tu encuentro”. Fue el anuncio que fue hecho, y las descuidadas incluso han pedido un poco de aceite para las precavidos, pero no era possible. No era cuestión de egoísmo, pero era cuestión de preparación, era cuestión de ser precavido, de ser prudente y almacenar, allí, el aceite.
¿Qué es una vida descuidada? Dejar Dios en segundo lugar, en tercer lugar o incluso ni tener lugar para Dios. Eso es ser descuidada. Posponer la conversión para mañan, siempre para mañan, eso es ser descuidado, eso es ser imprudente. Curtir la vida sin Dios, placeres. ¿amar y perdonar el otro? ¡Ah, no! Un otro día, un otro momento. Eso es cosa para personas débiles. Eso es ser imprudente.
Buscar el amor y el perdón al prójimo. Eso es ser prevenido
¡El novio viene! ¿Y ahora? Yo voy correr para la Eucaristia, voy correr para la confesión. Puede ser que no pueda dar tiempo. Y, aquí, en el caso, aún no va dar tiempo. De nada sirve querer correr. Debería haber ocurrido antes para los brazos del Señor, debería haber ocurrido antes para buscar y para amar el Señor.
Mis hermanos, ¿qué es ser precavido? Llevar una vida en Dios, llevar una vida sencilla, sacramental, buscar la conversión del día a día. Eso es ser precavido, eso es ser prudente en la vida espiritual, es buscar el crecimiento espiritual siempre, es buscar el amor y el perdón al prójimo. Eso es ser precavido.
Él viene en un momento inesperada, y se Él venir cuando nosotros estamos prudentes, precavido, el Señor nos va encontrar en Él, el Señor desea encontrarnos en Él. Ahora, es tiempo. No dejes para mañana, no sea descuidado, no dejes la conversión para mañana. ¡Hoy, conversión hoy! Ama mi hermano hoy. Llevar una vida en Dios hoy. Es hoy, solo tenemos el hoy. Conversión hoy. Amar a Jesús hoy. Donarnos a nuestro hermano, a nuestro prójimo hoy. No sea descuidado.
Si nosotros llevarnos una vida descuidada, sí, el Señor va venir en un momento inesperado y, desgraciadamente, no heredaremos los Reinos del Cielo. Llevemos una vida precavida para que, cuando el Señor llegar, Él nos encuentre listos, santos o en el camino de la santidad.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!