“Jacob fue padre de José, esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo.” (Mt 1, 16).
Entramos en la semana cerca de la preparación para la Navidad de Jesús. El tiempo del Adviento nos guio para vivir toda la expectativa de la venida del Señor; el Señor que vendrá, el Señor que viene y el Señor que vino .
El Señor que vino es el Señor que viene y que vendrá a nuestro encuentro siempre. Por eso, en esta semana, más que nunca, es necesario acercarse de Jesús y dejar que Él se acerque de nuestra historia y de nuestra vida.
La narrativa del Evangelio de hoy nos muestra las origines de Jesús, nos muestra que Jesús, el Cristo, es el Hijo del Hombre, pero Él es, por encima de todo, el hombre que es Hijo de David, Hijo de Abraham, y allí tiene toda la narrativa de las generaciones que nos trajeron Jesús.
La genealogía de Jesús es para mostrar a todos nosotros la humanidad de Jesús. Él asumió todas estas generaciones para salvar, rescatar y, al mismo tiempo, cumplir lo que fue prometido a cada uno de estas generaciones, a estos hombres que vinieron antes de Él.
Así como Jesús asumió[o la historia humana de cada uno de ellos, se encarno y se hizo el Señor, Él también asume la historia de cada uno de nosotros para salvarnos y rescatarnos. Es necesario que nosotros asumamos nuestra historia, nuestra vida, asumamos de donde venimos para entender para donde vamos.
Es necesario acercarse de Jesús y dejar que Él se acerque de nuestra historia y de nuestra vida
Es importante que conozcamos nuestros antepasados para conocernos mejor, para iluminar muchas cosas que están oscuras en nuestra propia vida, nuestra forma de ser y de actuar.
A veces, las personas dicen: “Yo soy de Dios y ahora rompí con mi pasado”. Romper con el pasado de pecado es una cosa, pero no asumir tu historia, negar tus origines o no volver para ellas, es no permitir ser curado por Dios. Porque si el Señor vino para hacer nuevas todas las cosas, Él vino, incluso, para hacer nueva nuestra historia.
Si, en nuestra historia, hay situaciones pesadas que puedan parecer trágicas, como hay en la propia historia de las origines de Jesús, pero Él vino para salvar todas estas realidades; hay muchos ejemplos de nuestros abuelos, bisabuelos, es importante conocer. Es verdad que tenemos que asumir que hay cosas negativas, que hay perspectivas que no fueron buenas, el importante es permitir que Dios haga nueva todas las cosas en la historia y en la vida de cada uno de nosotros
¡Asumir nuestra historia es permitir que Dios sea el Salvador de toda nuestra vida!
¡Dios te bendiga!