27 Aug 2022

Haga rendir los talentos que Dios confio a ti

“Un hombre estaba a punto de partir a tierras lejanas, y reunió a sus servidores para confiarles todas sus pertenencias. Al primero le dio cinco talentos de oro, a otro le dio dos, y al tercero solamente uno, a cada cual según su capacidad. Después se marchó.” (Mateo 25,14-15)

El Señor nos cuenta, en estos día, sobre las parábolas de los finales de los tiempos, del tiempo del juicio. El tiempo del juicio va llegar, gente, es el juicio particular, es el juicio de cada uno de nosotros, el juicio de la muerte. El Señor viene o nosotros iremos a Su encuentro, y necesitaremos prestar cuentas al Señor.

Y Jesús conto esta parábola de un hombre que iba viajar, que fue viajar para el estrangero, y que entrego los talentos: a uno ha dado cinco, al otro ha dado dos, y al otro ha dado uno, para que cada uno, entonces, pudiese hacer rendir aquellos talentos.

Nosotros podemos acompañar, en la lectura del Evangelio, que aquel que tuvo cinco talentos hizo rendir más cinco talentos, y el jefe, el hombre felicito aquel empleado: “¡Mire, felicitaciones! ¡Porque tu has sido fiel en el poco, te voy confiar más, más cinco!” Y dijo la misma cosa al otro: “Tu, has sido fiel en el poco. Te voy confiar más. ¿Te he confiado dos? Yo te voy confiar más dos”. Pero el tercer quedo con miedo y dejó en el suelo, y enterró el talento. Ah, pero ese jefe quedo bravo, porque él dió segundo la capacidad de cada uno; entonces, aquel que él dió más, es porque él conseguiría rendir más y ha rendido más; aquel, un poco menos, pero rendió; y aquel que él ha dado un talento es porque él podría hacer rendir más un talento.

Haga rendir los talentos que Dios confio a ti, porque, un día, Él te va llamar para prestar cuentas a Él

Mis hermanos, todos nosotros recibimos de Dios dones, talentos según nuestra capacidad. Fue lo que nosotros escuchamos aquí en el Evangelio. El Señor no dá ni más ni menos en aquello que tu puedes soportar. Él da en la medida. Ahora, necesito hacer rendir los talentos que Dios me ha confiado, tu necesitas hacer rendir los talentos que Dios te ha confiado, porque Él va prestar cuentas un día, un día Él me va llamar, un día Él te va llamar para que tu prestes cuentas a Él. Que, de ningúna forma, tu entierres tu talento; que, de ninguna forma, yo entierres mi talento, pero que yo ponga, que tu ponga, que nosotros pongamos a disposición del Señor.

Si tu canta, cante mismo y mejores en el cantico. Si tu no canta, para de cantar entonces, es un otro talento que nuestro Señor te ha dado. No insista, no haga los demás pecar. Si tu tienes el don de servir, sirva con alegría. Si tu tienes el don de predicar, predica y preparate para predicar bien la Palabra de Dios. Nuestro Señor te llama al oculto de la intersección. Haga eso con cuidado, con cariño, con amor y por amor a Dios, pero ponga tu don a disposición del Reino.

Hoy, conmemoramos Santa Mónica, una mujer que puso su don, que ha vivido su Bautismo. Ella nació en los primero siglos de la Iglesia, 331 d.C, y murio 387 d.C en la África. Ella es la madre, sí, del gran San Agustín, pero fue una mujer que se puso a la disposición el talento que ella recibió. Ella vivió el Bautismo, ella ha intercedido, ella ha testimoniado Jesucristo para su hijo y, finalmente, ella logro la gracia de la conversión de su hijo. Peor no solo la gracia de la conversión de su hijo, ella logro, por causa de perseverancia, por causa de la insistencia, rezando aquellos 30 años, ella logro la gracia para ella, de la perseverancia.

Mis hermanos, Santa Mónica logro la gracia de la santidad por medio de las dificultades de la vida, pero ella puso a la disposición de los talentos que ella ha recibido, y ella ha rezado mucho, que San Agustín se ha convertido, y en la conversión de él muchas conversión también ocurren por causa de San Agustín.

Mis hermanos, que nuestro talento puesto a disposición pueda rendir conversión y más conversión, pueda rendir caridad y más caridad, pueda rendir perdón y más perdón. Sin embargo, no enterramos nuestros talentos, hagamos rendir nuestros talentos por medio de la vivencia de nuestro bautismo, por medio de la vivencia de la santidad.

La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!


Padre Márcio Prado

Sacerdote da Comunidade Canção Nova.

Pai das Misericórdias

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