“Una persona le preguntó: «Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?». El respondió: «Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán” (Lucas 13,23-24)
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Traten de entrar por la puerta estrecha. Mis hermanos, Nuestro Señor uso ese ejemplo de la puerta estrecha para decir que nosotros necesitamos estar libres de las cosas, libres de los apegos para poder pasar por la puerta estrecha, para poder entrar en el Cielo.
Hagamos un examen de conciencia en este día, en este momento: ¿estamos apegados a las cosas? Debemos tratar de entrar en el Reino de Dios, pero es necesario desapegarse de muchas cosas.
Nuestro Señor fue cuestionado en ese sentido: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?” dijo Jesús: “Traten de entrar por la puerta estrecha” Es decir, Nuestro Seõr nos esta diciendo, mis hermanos, que es para nosotros llevarnos nuestra vida en serio, una vida de conversión en serio, una vida de amor a Dios en serio. Una vida de trabajo, de convivencia, de familia…. no llevar de cualquier forma.
No podemos llevar una vida más o menos en Jesús, debemos llevar una vida, sí, en Jesús, una vida segura, intensa en Él, oración, de comunión con Él, de cada vez más estar conectados a Él, porque la puerta es estrecha.
Debemos llevar una vida de oración, de comunión con Él, porque la puerta es estrecha
Jesús aquí, después, dijo ese otro ejemplo, diciendo que, cuando llegar el momento iban llamar a la puerta, y Él iba decir: “Mira, no conozco ustedes”. — “¡Señor, abre la puerta!” – “¡No!” No conozco ustedes, no sé de donde eres” — “Pero, Señor, nosotros comemos y bebemos contigo!” — “¡No conozco!”.
Mis hermanos, es el riesgo que nosotros corremos de estar en la Iglesia, pero no estamos con Dios; de estar en las obras de Dios, pero no estamos con Él. Mira el riesgo que nosotros corremos, de incluso trabajarnos para Dios, de hacernos muchas cosas, pero de nos estarnos con Él.
Somos llamados, mis hermanos, a estarnos en la obra de Dios, pero estarnos con el Dios de la obra. Somos llamados por Nuestro Señor a estar en las obras de Dios, pero estamos con el dueño también de la obra; a no estar solo en la “contrucción”, hablo — iglesia, pero estar en la iglesia de hecho con Nuestro Señor Jesucristo, en la vivencia de santidad, en la penitencia, en el amor al prójimo.
Nuestro Señor, mis hermanos, nos invita a hacernos este camino de comunión con Él. Lleva en serio su camino con Dios, no lleves más o menos tu vida con Dios.
¡Esté atentos, aún hay tiempo! Busquemos la conversión, busquemos la comunión con Él. ¿Es verdad que son pocos los que se salvan? ¡Sí, es verdad! Por eso haga todo el esfuerzo posible, por eso conversión hoy, mañana y siempre.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!