05 Jun 2021

Dios mira para la calidad de nuestro corazón

“Jesús entonces llamó a sus discípulos y les dijo: Yo les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros. Pues todos han echado de lo que les sobraba, mientras ella ha dado desde su pobreza; no tenía más, y dio todos sus recursos” (Mc 12, 43-44)

Este Evangelio, con toda la profundidad que nos trae, nos ayuda a reflexionar lo que damos paa Dios y lo que damos para los demás. Muchas veces, damos lo que sobra, y lo que sobra es lo que no queremos más, lo que no sirve más lo que no vale más. La persona va dar limosna para alguien coge las ropas viejas, rotas que no sirven ni para ella.

Tu puede dar, solo no esta dando tu mejor, esta dando solo tu resto. Cuando tu vas ayudar alguien, dices: “Voy ver lo que tengo”, “Lo que puedo dar”. Tu miras las ropas que están sobrando, muchas veces, monedas que no valen más, una cosa que no tiene valor para ti.

En el Reino de Dios, muchas veces, financieramente también, la persona mira las monedas que tiene y pone allí en la oferta. A veces, la forma que ella se compromete es no teniendo compromiso, es dando solo lo que son los resquicios. En el propio servicio, en el propio donarse para Dios, preguntamos: “¿Por que tu no vas a la iglesia?”, y muchos dicen: “No tengo tiempo. Asi que sobrar un tiempo, yo voy”. Es decir, dan lo que que sobra.

Dios no mira para aquello que es cuantitativo para los hombres, pero para aquello que es la calidad del corazón

¿Por que las personas no se encuentran? Porque ellas no tiene tiempo. “Cuando sobrar un tiempo…”, es decir, voy dar al otro lo que me sobra.

Aquello que es importante, nos donamos por entero. Aquello que es fundamental, salgo de mí para donar. ¿Pero lo que estoy donando para Dios? ¿Lo que estoy donando para el otro?

Sé que las medidas del mundo son otras. En las medidas del mundo, es quien da un valor mayor dio mucho, pero esa medida es del mundo no es de Dios. La medida de Dios es quien más se dona a´n que sea en tu extrema pobreza.

Mira, aquella persona que no tiene nada para dar, ella consigue donar de si propia, del tiempo. A veces, no tengo nada financiero en el momento para donar a alguien, pero puedo dar mi atención, puedo parar para escucharla, puedo ser educado. ¡Porque, muchas veces, ni eso conseguimos ser!

Ya llegamos para participar de las cosas de Dios retrasados y, muchas veces, salimos incluso sin terminar, porque estamos siempre con prisa. Es decir no tenemos lo mejor para dar a Dios ni cuando llegamos ni cuando salimos.

¿Cuando hacemos nuestras oraciones como, las hacemos? “Deja sobrar un tiempo aquí, voy rezar”. La palabra “tiempo” ya caracteriza lo que es sobra, lo que ya no es de tan grande significado.

¡Seamos generosos! Tengamos como referencia la pobre viuda. Lo que Dios quiere de nosotros es el cuantitativo para el mundo, pero aquello que es cualitativo para la vida. Que seamos enteros, íntegros en lo que damos. Que sea de corazón, que sea autentico, que sea del fondo del alma. Es más importante que la cantidad, porque Dios no mira para aquello que es cuantitativo para los hombres, pero para aquello que es la cualidad del corazón.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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