“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Navega mar adentro, y echen las redes. Simón le respondió: Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes.” (Lucas 5,4-5).
Comenzamos el mes de septiembre, que también, aquí en el Brasil, es un mes dedicado a la Palabra de Dios; y, aquí, nosotros encontramos este episodio con muchos detalles que el Evangelio nos presenta, que daría un retiro para realizarnos, pero vamos coger aquí algunos puntos.
Pedro, pescador, ya había intentado, en la mejor hora del día, es decir, la madrugada, el tiempo para pescar, la hora para pescar, y no había pescado nada. Jesús, que estaba en misión y vino para estar allí con Sus discípulos, entro en la barca, la de Pedro, aparto un poco, aún enseño, y después pidio para pedro: “Avanza para las aguas más profundas y tiras las redes”.
Y aún bien, gente, que Pedro escuchó la Palabra del Señor y hizo lo que Jesús había dicto. Ahora, por supuesto, es interesante eso, el pescador era Pedro, y no Jesús. Jesús era carpintero, el carpintero enseñando el pescador, pero para decir lo siguiente: no basta el conocimiento, no basta la experiencia si no tiene fe. Pedro, creyó, por eso el milagro ocurrió.
Vamos intentar nuevamente vivir la Palabra, vamos intentar nuevamente ganar personas para Cristo
Mis hermanos, nosotros necesitamos también someternos al Señor, rebajarnos hasta el Señor, vivir la humildad. Por supuesto que tu tienes conocimiento, tu tienes experiencia en alguna cosa, pero cuando nuestro Señor pide algo para nosotros, es bueno que nosotros lo hagamos, porque, normalmente, con Él funciona. Pedro se sometió: “En atención a tu palabra, yo voy lanzar las redes”.
En este mes de la Palabra, dediquemos aún más tiempo a la Palabra, dediquemos aún más tiempo en obedecer la Palabra del Señor. El milagro ocurrió porque Pedro escuchó y hizo la voluntad del Señor.
Mis hermanos, que muchos milagros puedan ocurrir también en nuestra vida. Que nuestro corazón, que nuestros oídos, que nuestros corazones, nuestros oídos estén atentos a la Palabra del Señor, y obedecemos el Señor. Por más que Pedro ya tuviese intentado, el Señor dijo: Tira la red”.
Tiremos nuevamente la red, vamos intentar nuevamente vivir la Palabra, vamos intentar nuevamente ganar personas para Cristo. No desistamos. “En atención a tu palabra, yo voy lanzar las redes”. Vamos lanzar las redes, vamos abandonarnos en la voluntad del Señor. El milagro, Él se encarga de hacer. Cuanto a nosotros, seamos obedientes, humildes al Señor.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!