“En aquel tiempo, al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos” (Lc 4, 38-39).
Para que puedas reflexionar y comprender el vídeo necesitas ‘accionar el subtitulo en español’:
Mis hermanos y mis hermanas, la casa es de Simón y la suegra también. La casa de Pedro, en la Palabra de Dios, siempre nos remite a la Iglesia de Cristo. Tiene una conexión muy fuerte con la casa de Pedro y la Iglesia de Cristo, en ella existen personas que están sufriendo, personas que no se sienten útiles al servicio del reino, como estaba en la condición de la suegra de Pedro.
¡Cómo es bueno celebrar el banquete del Señor! Cómo es bueno celebrar la Eucaristia, la fiesta por excelencia! ¡Cómo es bueno estar cerca de Jesús! Pero, ¿será que todos están presentes, de hecho, en esta realidad?
Porque Jesús, seguramente, comía en la casa de Pedro, Él frecuentaba la casa de Pedro, pero cuando Jesús entra en aquella casa, alguien informa a Él sobre la suegra del discípulo. Jesús deja el banquete, se inclina sobre ella y amenaza aquella fiebre, liberta aquella mujer.
¿Qué sentido he donado para mi lugar en la Iglesia, o mi ser Iglesia? ¿Qué es ser parte de ella? ¿Qué es vivir en la Iglesia de Cristo? ¿Qué es frecuentar la casa de Dios? ¿Qué es vivir esta experiencia?
El hecho de Jesús nos hace entender que estar en la Iglesia no es meramente un acto de culto
En nuestra realidad evangelizadora, tenemos muchos desafios. Por supuesto que trabajar con jóvenes es muy bueno, trabajar con familias que ya están estructuradas es muy bueno. Promover encuentros para el liderazgo, para las personas que actúan en la comunidad es muy bueno, pero, ¿quien es que se ocupa de aquellos miembros que sufren, que están apartados, en situaciones difíciles, situaciones matrimoniales y familiares, situaciones de pecado, de lejanía de Dios? ¿Quién es que se ocupa de estos miembros?
El acto de Jesús nos hace entender que estar en la Iglesia no es meramente un acto de culto; estar en la Iglesia es una atención al Cuerpo de Cristo, que son los miembros.
Te invito, hoy, hacer esta experiencia. Mira para tu iglesia domestica: ¿hay alguien olvidado dentro de tu casa? ¿Hay alguien sufriendo por no sentirse parte de la familia, por no sentirse tal vez útil, considerado, estimado o recordado de las situaciones familiares?
La suegra de Pedro no era un respaldo, no era un fastidio, ella no era inutil. Así que quedo curada, se levanto y se puso a servir. Ella era capaz de muchas cosas, solo necesitaba de una atención, solo necesitaba de alguien que mirase para su realidad en aquel momento, pero ella era muy útil.
¡Por eso, pidamos al Señor que de a nuestros corazones, como hombres y mujeres de Iglesia, mucha sensibilidad para no dejar que ningún de nuestros hermanos queden de fuera de la gracia de Dios!
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!