“Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13, 23-24).
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Y es interesante, hermanos y hermanas, que Jesús no indica el número de los que se salvarán. Pero miren qué interesante lo que nos dice: no habla del número, sino que nos exhorta a estar preparados y dispuestos a acoger el Reino que viene. Jesús no está preocupado por la cantidad.
Claro que quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, que cambien de vida y le sigan. Pero Jesús nos exhorta a estar preparados y dispuestos. ¿Es o no es cierto que hemos oído, dos o tres veces esta semana, sobre el tema de la vigilancia, el tiempo de no estar acomodados, sino preparados? Jesús sigue en este compromiso urgente que tenemos de esforzarnos por pasar por la puerta estrecha.
Salvación garantizada
El seguimiento de nuestro Señor Jesucristo es muy difícil, porque no es por la puerta ancha que el mundo nos ofrece, como la garantía del poder, la garantía del placer, del tener, del ser, pero no la garantía de que seremos salvos. Quien nos da es la puerta estrecha. Quien pasa por ella se esforzará, hará todo tipo de sacrificios, de penitencia para llegar a la salvación.
Quien va por la puerta ancha no está preocupado, no está comprometido, no tiene ninguna finalidad, ningún objetivo en buscar las cosas del alto. Por eso, hermanos míos, la puerta estrecha es para nuestra salvación. El hoy que nos habla Jesús, ese es nuestro verdadero compromiso. PHN – Por Hoy No voy a pecar más, por hoy no voy a entrar más por la puerta ancha, por hoy entraré por la puerta estrecha, preparando mi corazón para el día final.
Este es el momento, hermanos míos, de este compromiso, porque la salvación es don de Dios, pero sólo aquellos que se adhieren haciendo el bien y no simplemente quejándose, murmurando, podrán comprender. La puerta estrecha nos conduce a la salvación.
Por último, hermanos míos, este Evangelio no dice quiénes serán los primeros en entrar en el Reino de Dios. Pero los que pasaron por la puerta estrecha, ¡esos escucharon la Palabra de Dios, la pusieron en práctica y no fueron sólo oyentes, la acogieron y la acogieron de verdad!
El Señor quería, hermanos míos, y quiere que nuestra vida no sea sólo especulación, sino que asumamos una actitud de vida nueva. Y sólo asume esa actitud de vida nueva quien entra por la puerta estrecha. Jesús nos dijo que hiciéramos todo el esfuerzo posible para entrar por la puerta estrecha.
Que el Señor les dé esa gracia, que sean iluminados por el Espíritu Santo para hacer la elección por la puerta estrecha.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!