“El les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre, mas mi Padre que está en los cielos. Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mateo 16, 15-18).
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Celebramos, hoy, la Fiesta Litúrgica de la Catedra de San Pedro Apostol. En este día, somos invitados a reflexionar sobre la Iglesia por medio de aquel que es su máximo representante, que es el Papa. Aquí, hoy, recordamos la imagen de Pedro.
Celebrar la imagen de Pedro, la Catedra de Pedro, es celebrar la Iglesia Católica en la persona de sus pastores, que tienen la misión de guiar la Iglesia (que somos nosotros), de sostenerla, así como la roca que sostiene la base de una construcción. Los sucesores de Pedro es esta base que sostiene la Iglesia en este mundo.
En la lectura de hoy, podemos ver, también en la Primera Lectura – si tu acompaña la Liturgia del día — Pedro, que tiene esta función de jefe de la Iglesia, él que guía a los presbíteros exhortando a ser pastores del rebaño de Dios.
El pastor nada más es aquel que cuida del pueblo de Dios, que cuida de Su pueblo. Pedro hace esta exhortación, él exhorta y anuncia con seguridad de un verdadero lider, preparado y elegido para guiar su Iglesia. Sus consejos son de padre, de pastor, que cuida con amor del rebaño de Dios.
El verdadero pastor es ese que sostiene con seguridad, pero también con amor, con ese amor generoso, amor de cuidado. ¡Quien utiliza del poder religioso para intimidar las personas no es un buen pastor, no es eso que Dios quiere de nosotros, no es eso que Dios quiere de los pastores! Él es llamado a ser seguro, pero cuidar con amor.
El verdadero pastor es ese que sostiene con seguro, pero también con amor
La actitud de ese buen pastor que sostiene su rebaño en el amor y en el cuidado son características propias de alguien que ha vivido una profunda experiencia con Jesús; Él es nuestro Pastor, es Jesucristo.
Los pastores, aquí – nosotros que somos elegidos para ser padre o, entonces, los obispos, los Papas, deben ser segundo el modelo que es Jesucristo, es Él quien nos enseña a actuar con seguridad y amor.
Todo eso es fruto de una autentica profesión de fe. Debemos profesar nuestra fe. Pedro, aquí, ha profesado la fe en Jesucristo. Pedro, al ser preguntado sobre quien era Jesús para él, contesta inmediatamente en nombre de todo que Jesús era el Mesias, el Hijo de Dios. Esta fue la experiencia que PEdro hizo, él reconoció en Jesucristo el Mesias, el Hijo de Dios.
Esta respuesta hizo de Pedro un bienaventurado, alguien que es feliz porque hizo la experiencia con Cristo, ha descubierto la persona de Cristo.
Quien hace una experiencia personal con Jesucristo es capaz de comprometerse con Él. Pedro se ha comprometido y fue hasta el fin, dudo en algunas horas, tuvo algunos momentos de dudas, pero se ha comprometido con nuestro Señor Jesucristo, y fue también hasta el fin.
En este días, pedimos la gracia de también comprometernos con el llamado que el Señor nos hace, de sernos buenos pastores, pero también de cuidar de la Iglesia de Jesucristo, así como debe ser el Papa, aquel que cuida del pueblo de Dios.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!