El gran propósito que debe iluminar nuestra vida en el año que estamos comenzando es sernos hijos de Dios
“Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios” (Jn 1, 12-13).
Mira que gracia sublime que Dios nos dio fue porque el pecado arranco de nosotros la condición filial, la condición de hijos, pero Dios es bueno, es amor, es sublime y la forma como Él nos ama es rescatándonos, salvadonós y trayendo para nosotros esta condición de sernos sus hijos.
Hoy es el ultimo día del año de 2018, hay expectativa por un nuevo año, por un nuevo tiempo, por un nuevo gobierno, por una vida nueva; surgen propósitos y anhelos de vivir eso y aquello. No tiene propósito mayor en nuestra vida que vivir y ser hijos de Dios, de llevarnos la vida en nombre del Señor Nuestro Dios.
La primera cosa necesaria es nuestro examen de consciencia. ¿En el año que se pasó como vivimos como hijos de Dios? ¿Cómo la gracia de Dios estuvo presente en nuestra vida en todo aquello que realizamos?
En muchas cosas no nos comportanos como hijos de Dios: cuando preferimos el pecado, cuando preferimos a nosotros mismos, cuando la fuerza del egoísmo, del orgullo, de la soberbia tomaran cuenta de nosotros, dejamos la gracia de hijo de Dios queda para tras. El gran propósito que debe iluminar nuestra vida, nuestro corazón y todo aquello que queremos vivir en el año que estamos comenzando es sernos hijos de Dios.
Nadie es hijo de Dios sino vive con los demás hijos de Él, es decir, no asumen delante de Dios que son hermanos unos de los otros.
Se habla mucho de fraternidad universal, en amor y así por delante, pero vivimos una crisis de amor profunda. El amor se convirtió selectivo y engañoso, seleccionamos quien queremos amar, y ese amor selectivo nos llevar a tener prejuicios, discriminación y la dejarnos de lado las personas que más merecen ser amadas.
Todos nosotros merecemos amor. Es verdad que el corazón de Dios vino para los pecadores y no para los justos. Es necesario que el corazón humano se arme del corazón de Dios, porque el amor humano esta debilitado, limitado, esta excluyendo las personas de Aquel que es el amor que Dios nos trajo.
Que en el año nuevo que esta comenzando la gracia de amor sea la gracia más sublime e importante de toda nuestra vida.
¡Dios te bendiga!