“Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez». ¿De dónde me conoces?, le preguntó Natanael. Jesús le respondió: Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.” (João 1,47-48).

Hoy, mis hermanos, más una vez, estamos en fiesta porque conmemoramos este apostol: San bartolomeu o Natanael. En este episodio que nosotros escuchamos del llamado de Natanael, de Bartolomeu, nosotros encontramos Filipe, que presenta Jesús a Natanael: “Mira, nosotros encontramos el Mesías”; y Natanael, en su pureza, en su sinceridad, como Jesús mismo observo, dijo: “Pero, ¿puede venir algina cosa buena de Nazaret?”.

Y entonces Filipe hizo la invitación para Natanael: “Viene ver”. Este “veien ver’, mi hermano y mi hermana, no es simplemente un ver de curiosidad, pero un ver de experiencia; es un ver de conocer. Filipe hizo la invitación a Natanael y hace para mi y a ti: “Viene ver, viene hacer una experiencia con el Señor, viene conocer el Señor”.

Y en el primer contacto que Natanael, que Bartolomeu, tuvo con Jesús, Jesús ya puede decir luego para él: “Aquí viene un israelista de verdad”. Y Natanael quedo impresionado – “Pero, ¿cómo que el Señor me conoce?” -, y Jesús respondió: “Yo te vi cuando tu estaba debajo de la higuera, antes que Filipe te llamase”.

Vamos dar este paso, de buscar el Señor, de conocer a Él

Está aquí, mi hermanos, un detalle tan bonito del Evangelio: ¿quién estaba debajo de la higuera? Eran los estudiantes; eran aquellos que buscaban conocer el Señor, que buscaban la Verdad; entonces, Natanael ya deseaba la Verdad, deseaba conocer a Dios, y la Verdad el conocio – Jesús. Y el conocimiento, la sabiduria llego hasta él, el encontró, que es Jesús.

¡Mis hermanos, que alegría no debe haber tenido también, Natanael, Bartolomeu, al encontrase con el Señor! Y, después, en su camino, él conocio el Señor; y él dió también su vida por el Señor. Hoy, vamos dar ese paso, de buscar el Señor, de conocer el Señor. Y vamos dejar que Él también se acerque de nosotros, que Él nos ame, como amó Bartolomeu. Después, Bartolomeu fue capaz de dar la vida a Jesú porque conocio a Él, porque fue profundamente amado por Él.

Mis hermanos, busquemos el Conocimiento, la Sabiduría – Jesús -, busquemos la Verdad – Jesús. Bartolomeu fue, ha visto, conoció, fue amado y amó, conoció y convirtió Jesús conocido. Ahora, es mi vez; es su vez: busquemos la Verdad, que es Jesús. Tomemos posesión de que Dios nos ama, amemos a Él, amemos también nuestro prójimo. Y anunciemos la Verdad, Jesús, con nuestra vida.

La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!