“Quien es fiel en lo poco, también lo es en lo mucho; y quien es injusto en lo poco, también lo es en lo mucho. Por eso, si no sois fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién os confiará el verdadero bien? Y si no sois fieles en lo que es ajeno, ¿quién os dará lo que es vuestro?” (Lucas 16,1-13)
Justo e injusto
Hermanos y hermanas, hoy es domingo, día del Señor, así que preparemos nuestro corazón para la participación en el santo sacrificio. Allí, seremos alimentados por la palabra, como somos alimentados ahora, pero también por la presencia real de Jesús en la hostia consagrada. Cuerpo, sangre, alma y divinidad de nuestro Señor que nos alcanzan. Entonces, prepárense para, con toda su familia, participar de este momento de gracia.
Y, en el día de hoy, escuchamos esta parábola que destaca la astucia, la perspicacia del administrador que, ante la pérdida de su puesto, actúa para asegurar su futuro. Cuando hablamos de la palabra futuro, en el contexto espiritual, recordemos que la vida es eterna.
Si en este mundo vemos cosas buenas, imagínense en las realidades celestiales. Hermanos y hermanas, quien es fiel en lo poco, seguramente será fiel en lo mucho.
Fidelidad en las pequeñas cosas
La vida espiritual se manifiesta en realidades simples y, aparentemente, pequeñas, pero que demuestran nuestro amor a Dios, fidelidad en las pequeñas cosas. ¡El Evangelio es también una advertencia!
La forma en que administramos el dinero y los bienes que no nos pertenecen, sino que Dios nos confía, revela nuestro verdadero compromiso con Dios.
Hermanos y hermanas, el Evangelio es una advertencia: la forma en que administramos el dinero y los bienes que no nos pertenecen, sino que Dios nos confía, revela nuestro verdadero compromiso con Dios.
Si somos fieles en estas cosas pasajeras, mucho más fidelidad aún debemos tener con las realidades eternas, con las realidades que nos dan la salvación.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!