“Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo” (Mateo 1,20).
Hoy, mis hermanos, estamos en fiesta.. Conmemoramos el nacimiento de la Virgen maría, la Natividad de María, la Natividad de Nuestra Señora; Nuestra Señora de muchos títulos, Ella tiene también este título, que habla de su nacimiento. Ella fue elegida por el Padre para ser la Madre del Señor, la Madre del Salvador.
Al mirarnos para nuestra historia de salvación, percibimos que el Señor eligió varios instrumentos, eligio Abraham, eligio Jacó, eligio Moises, eligio Debora, eligio Rute.. Varias personas están presentes en la historia de nuestra salvación; y el Señor también eligio María, que nacio de Joaquin y de Ana.
Esta fiesta recuerda la construcción, la dedicación de la Basílica dedicada a Sant’Ana, en Jerusalén. Desde el siglo VII esta basílica allí fue construida. Entonces, allí, en la casa de San Joaquín y Sant’Ana, nació Nuestra Señora. Entonces, la tradición remite a la construcción de esta Basílica.
Acojamos a María en nuestro corazón y que podamos estar cada vez más a servicio del Rey Jesús
Y, al conmemorar la natividad de Nuestra Señora, conmemoramos Aquella que coopero con la salvación, porque Ella engendró el Salvador, Ella engendró Jesucristo. Y, así como José fue llamado por el Ángel y por el propio Dios para no temer en recibir María, esta voz del Ángel necesita resonar también a nuestros oídos y al nuestro corazón.
No necesitamos tener miedo en recibir María. ¿Por qué? Porque Ella es la sieva del Señor. Y, al recibir María, Nuestro Señor también estaba llamando José a ser siervo del Señor. Al recibir María, la mujer orante, Nuestro Señor también estaba llamando José a ser tolerante. Al recibir María, José estaba siendo llamado también allí a estar atento, porque Ella fue la mujer atenta, mujer orante, mujer atenta, la mujer que fue sierva, la mujer que fue disponible al servicio del Padre. José también fue llamado a eso, y tambien somos llamados hoy a conmemorar la Natividad de Neustra Señora, para recibir a Ella en nuestro corazón e imitar a María.
Seamos siervos del Señor, seamos disponibles al servicio del Señor, seamos orantes, seamos atentos como la Virgen María. Acojamos en nuestro corazón y que podamos estar cada vez más a servicio del Rey Jesús. Y, así como María nació y fue allí canal de la gracia para que nosotros tengamos la salvación – engendró el Salvador – , que nosotros también podamos acoger María y acoger, aún más, Jesús a quien ella engendró, para que podamos también llevar y engendrar Jesús para aquellos más necesitados.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
