“Jesús, al irse de allí, vio a un hombre llamado Mateo en su puesto de cobrador de impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Mateo se levantó y lo siguió” (Mateus 9,9).
Mis hermanos, en este mes de la Palabra, este apostol fue generoso en escuchar y en practicar la Palabra del Señor. Después, la discusión aquí, los fariseos entraran para criticar Jesús, porque Jesús llamó Mateo; y mateo llevo a su casa; y junto con Mateo estaban sus amigos pecadores, pero Jesús ha dado esta lección a los fariseos, diciendo que Él vino exactamente para los enfermos, Él ha venido para pecadores. Y interesante: el Señor ha visto Mateo, el Señor llamo Mateo. Mis hermanos, Nuestro Señor observo Mateo y quisó el para sí.
Que, hoy, nosotros también podamos sentirnos mirados pir Nuestro Señor; y Él también nos llama.
Inmediatamente, Mateo pasó a seguir el Señor. Mis hermanos, dejemos el cobrador impuestos, dejemos el pecado que nos aparta de Él, vamos seguir a Él. Mateo paso a tener la mirada para Nuestro Señor Jesucristo. Tenga la mirada para Nuestro Señor Jesucrito.
Y mateo era un pecador publico, un cobrador de impuestos; él era judio, pero trabajaba para los romanos; él no era bien visto por los de su raza, por su pueblo, él era un pecador público, él era un enfermo, porque era un gran pecador, pero Jesús llamo a él.
Dejemos el cobrador de impuestos, dejemos el pecado que nos aparta de Él, vamos seguir a Él
Tal vez, te sientas también la peor persona del mundo, pero Nuestro Señor también te llama para no ser más el peor del mundo, pero para ser el mejor. ¿Tu sabes como? Siendo de Dios, siguiendo su Palabra, viviendo la santidad.
San mateo fue llamado, fue un gran pecador, pero se convirtio un santo. ¿Te sientes también un gran pecador? Tu también es llamado a ser santos, a ser santa. Y este apostol ha dado su vida por amor a Nuestro Señor Jesucristo, ha dado su vida por causa de la Palabra, por causa del Señor. Que tu también puedas dar la vida por cauda de Él.
Siéntese pecador? ¡No hay problema! Nuestro Señor llamo exactamente los pecadores, entonces, Él llama a ti también. Ven, ven, va seguir el Señor, vamos seguir el Señor. Nuestro Señor tiene el cielo para nosotros, tiene el cielo para ti. Él vino para los pecadores, Él ha venido para ti, no tenga miedo de seguir y de dar la vida por Él.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!