“Miren que los envío como ovejas en medio de lobos: sean, pues, precavidos como la serpiente, pero sencillos como la paloma” (Mt 10, 16).
No podemos ser ingenuos, la ingenuidad no puede ser nunca característica de un hombre, de una mujer madura. Yo no hablo sobre la madure de la edad, pero la madurez que necesitamos tener siempre en la vida. La forma de sernos maduros es vencernos a nuestra ingenuidad.
El discípulo de Jesús tiene que ser puro. Un hombre de Dios y una mujer de Dios tiene que ser puros, pero no confunda nunca purea con ingenuidad. La incoherencia pertenece a los niños, y nosotros perdemos la inocencia por fuerza del pecado en el mundo en que estamos y, por eso necesitamos ser vacunados por la gracia de Dios. Porque, el Señor nos envía en el mundo en que estamos para sernos ovejas, y no sernos lobos ni confundidos en el medio de muchos lobos en el mundo en que estamos.
El ingenuo es aquel que cree en todo es aquel que ve todo como bueno, como si todo fuera maravilloso. El mundo tiene su belleza su bondad, el mundo tiene sus personas buenas, el mundo tiene la gracia de Dios, pero ni todo es bueno, ni todo es verdadero, ni todo es autentico, ni todo edifica, ni todo es hermoso; ni todo que viene con colores, e incluso con la Palabra de Dios, significa que es de Dios. Ni todos aquellos que llegan hablando cosas bonitas y edificante tiene, en verdad, la profundidad de la verdad.
La sabiduría esta en la simplicidad que viene de la humildad y nos conduce para la sagacidad de la prudencia
No podemos más caminar con ingenuidad, porque tenemos nuestras carencias y necesidades, y llega alguien que nos agracia con varias palabras, nos seduce con lo que habla, nos seduce porque nosotros tenemos nuestras necesidades y nosotros dejamos llevar.
Cuidado con los lobos feroces que nos roban del Señor, cuidado con aquellos que nos llevan por filosofías, por caminos, enseñanzas que no corresponden la verdad.
Necesitamos, en realidad, de la prudencia de as serpientes. Es interesante eso porque, en el paraíso, la serpiente es símbolo de la malicia y del pecado, pero aquí la serpiente, como aquella serpiente que fue puesta en el tallo por Moisés para ser una señal de la salvación para aquel pueblo enfermo, la serpiente es para nosotros señal de aquel que necesita ser prudente y atento. Porque la serpiente esta atenta donde ella va ser atacada para poder reaccionar, para poder huir o vivir.
Nosotros, muchas veces, perdemos la vida o la vida perece por falta de prudencia, y prudencia no puede faltar en ningún momento de nuestra vida. Ser prudente es ser sabio, es saber el momento correcto; ser prudente es saber calar cuando es necesario callar hablar cuando es necesario hablar, pero saber esperar cuando se hace necesario esperar y reflexionar.
Cuidado, porque nosotros somos muy impulsivos, muchas veces, movidos por nuestras emociones y sentimientos nosotros ya seguimos cualquier viento. Este atento en el momento, sea determinado en lo que haces, pero esté siempre en la reflexión de saber hacer la elecciones, de saber decir no, de saber, tal vez, en el momento de reflexionar y pensar mejor.
Haga todo eso con la mansedumbre de una paloma, con la sencillez que necesita ser simples. No necesita ser aquella persona complicada, que ve dificultad y problema en todo. El sencillo es aquel que simplifica, no es aquel que complica todo y pone dificultad en todo.
Para vivir en este mundo es necesario tener sabiduría, y la sabiduría esta en la sencillez que viene de la humildad y nos conduje para la sagacidad de la prudencia. Si no vivimos así, nuestra vida perece delante de muchas adversidades.
¡Dios te bendiga!