27 Sep 2019

La muerte no tiene poder sobre nosotros

“El hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día” (Lc 9, 22).

Lo que Jesús esta anunciando de sí mismo es que muchos de nosotros hombres no queremos saber sobre nosotros mismo, porque, de sí mismo, Jesús esta anunciando el sufrimiento, el rechazo y la muerte.

Si tiene tres palabras que nosotros no queremos en nuestro vocabulario es sufrimiento, rechazo y muerte. Mira que eso nace de la pregunta que Él hace: “¿Quien dice que yo soy? Algunos decían que es Elias o unos de los profetas”. Es Pedro, sin embargo, que dice: “Tu es el Jesucristo”. Jesús responde: “ Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: ¿Quién dice la gente que soy yo?. Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado” (Lc 9, 18-19)

¿Quien es el Cristo? Él es el siervo sufridor, es el hombre que asume nuestra humanidad con todas tus consecuencias. Cristo asumió nuestra humanidad, pero nosotros, muchas veces, no la queremos asumir.

No da para sernos hombres y mujeres en la humanidad más pelan si no abrazamos lo que la humanidad engendra en nosotros. Sí, el sufrimiento es inherente a la naturaleza humana, no es sufrir por sufrir, porque sufrir es la condición para existir, es la consecuencia del mundo en que estamos.

El mundo se convirtió injusto, pecador, y eso engendra, en nuestra vida, terribles sufrimientos. Alguien va decir: “Quien esta en Dios no sufre”. Sufre, pero sufre con dignidad, solo que da sentido al sufrimiento.

Morimos para ese mundo y nacemos para Dios, de forma que ni la muerte ultima tiene poder sobre nosotros

¡Hay personas que no quieren sufrir, pero causan mucho sufrimiento en la vida de los demás! El gran o terrible sufrimiento es no saber sufrir con dignidad.,El terrible sufrimientos es no asumir los sufrimientos y no conceder a ellos la vida nueva, la vida en Dios en el cual Él nos rescato.

Somos rechazados como Cristo fue rechazado, y seguirlo quiere decir ser rechazado mismo, porque la Palabra de Él es rechazada, entonces, quien sigue a Él también va ser rechazado, la Palabra de Él no es amada, y seguir significa no ser también amado.

La realidad más correcta de la vida es que morimos; la diferencia es que no encaramos la muerte como tragedia. La tragedia es para aquellos que no conocen Dios, la tragedia es para aquellos que no mueren en Dios, la tragedia de la muerte es para aquello que no tiene la vida en Dios.

Morimos para este mundo y nacemos para Dios, de forma que ni la muerte última tiene poder sobre nosotros. Ella puede arrebatar en este mundo, pero no nacemos para este mundo. Nacemos para ser para siempre de Dios.

En nuestro vocabulario, sufrimiento, rechazo y muerte tiene significado de dignidad, porque el Hijo del Hombre sufrió, fue rechazado y murió para darnos la vida. Por eso, somos tus seguidores llevando nuestra cruz de cada día con todas sus consecuencias, con el sufrimiento, el rechazo y la muerte que trae vida nueva.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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