“Pero su madre dijo a los sirvientes: ‘Hagan todo lo que él les diga” (Jn 2, 5).

Celebremos, con todo amor de nuestro corazón, nuestra reina y Patrona, la Madre Aparecida. Del alto del Santuario, los mayores santuarios marianos del mundo, una pequeña imagen resplandece como la señal de la presencia amorosa y milagrosa de Dios en nuestro medio.

Hay más de 300 años, el grupo de pobres pescadores, encontraran la imagen, allí, en el río, y ella fue una señal de Dios para ellos, necesitaban pescar pero no conseguían, no tenían peces en el río. Ellos volvieron para la fe, en lugar del desespero, apesar de la opresión que sufrían, ellos recurrieron a Dios y a la Virgen María; y el propio cielo manifesto una señal: el cuerpo de la imagen fue encontrado y, después, la cabeza.

La imagen no es María, pero es una señal de que la Madre de Dios, la Señora Aparecida, nos apunta el camino del Cielo

Una imagen que, tal vez, alguien no quiso más, estropeo, fue tirada en el rio y los pescadores la encontraran, y, a partir de allí, la pesca fue abundante. Esta imagen, una vez guardada y, después, construida una pequeña capilla, trajo numeroso prodigios y milagros desde cuando fue encontrada, desde ciego que paso a ver, personas que eran incapacitado y comenzaron a caminar, a los miles y miles de testimonios de gracias alcanzadas que tu ves hoy en este grande Santuario de todo el mundo.

Aparecida es una señal no solo para el Brasil, y sí para el mundo; una señal de que así como Dios curo, opero milagros por medio de la serpiente de bronce en el desierto, Dios opera milagros por medios de Aquella que piso en la cabeza de la serpiente: la Virgen María, la Señora de la Concepción, Aquella que fue concebida sin pecado, que apareció y aparece para nosotros como señal del Reino de los Cielos. “La mujer que reza” es así que nosotros vemos la imagen de Aparecida, diciendo a nuestros corazones y a nuestro oídos: “Hacer todo lo que Él decir”, hacer todo lo que Jesús nos dice y nos enseña.

Lee más y conozca:
.:No debemos abandonar el camino de la Cruz
.:El tiempo es el camino del cielo

Aparecida es la imagen reconstruida, esta imagen fue una vez atacada, rota, se despedazo, pero de una forma milagrosa ella fue totalmente recompuesta y esta, de una forma esplendida, en el Santuario de Aparecida.

Las imagens no son para seren despreciadas, ellas son para ser veneradas, ellas nos apuntan el camino del Cielo, ellas no indican que Dios esta en nuestro medio. Por eso, hoy, nos volvemos para la Madre de Dios, la Señora Aparecida. La imagen no es María, la imagen no es Dios, pero es una señal de que la Madre de Dios, la Señora Aparecida, nos apunta el camino del Cielo.

¡Nuestra Señora Aparecida, ruega por nosotros!