En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mt 6, 19-23).
Para que puedas reflexionar y comprender el vídeo necesitas ‘accionar el subtitulo en español’:
Queridos hermanos y hermanas, hoy celebramos la memoria de San Luis Gonzaga. Y este Evangelio se conecta muy bien con la vida de este santo, un joven que murió joven porque siempre quería hacer la voluntad de Dios. Algo importante que siempre se preguntaba era: “¿Esto me puede llevar a la vida eterna?” Si no me lleva a la eternidad, necesito quitarlo de mi vida. Es lo que nos dice el Evangelio: “Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”.
San Luis Gonzaga, desde pequeño, impulsado por su madre, fue llamado a la vida de la fe y, por lo tanto, a todo lo que implica una caminata pastoral dentro de la Iglesia. Sin embargo, su padre era lo contrario, porque quería convertirlo en un caballero de la nobleza.
Sin embargo, el corazón de San Luis Gonzaga estaba inclinado a hacer la voluntad de Dios, y con eso decide ser sacerdote. Su padre, sabiendo esto, intentó desviarlo, llevándolo a fiestas mundanas, a lugares que pudieran ofrecerle placeres, para ver si lo desviaba de su vocación.
San Luis Gonzaga buscó el Tesoro Eterno
¿Por qué estoy trayendo su ejemplo hoy? Porque el Evangelio dice que debemos acumular tesoros en el cielo y no aquí en la tierra. Porque muchos querrán desviarnos de la voluntad de Dios. Mira, era un padre que estaba desviando al hijo de la voluntad de Dios, llevándolo a lugares que lo sacarían de la presencia del Señor.
Sin embargo, donde está el tesoro, allí está el corazón, y San Luis Gonzaga pudo caminar firmemente en lo que era la voluntad de Dios. ¿Acaso tú y yo también tenemos esa disposición interior de cuestionar, como él: esto me llevará a la vida eterna? Si tengo el valor, renuncio y quito de mi corazón lo que no es de la voluntad de Dios.
Que San Luis Gonzaga nos ayude a comprender, a juntar tesoros que nos lleven al cielo. ¿Cómo está tu corazón? ¿Dónde has puesto tu corazón? ¿Qué has estado acumulando? ¿Lo que has estado acumulando te lleva al cielo o te distancia de Dios?
Que San Luis Gonzaga pueda interceder por cada uno de nosotros para vivir la voluntad de Dios. Y dentro de la voluntad del Señor está esta afirmación: donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Que este gran santo nos ayude a vivir con perseverancia, confianza y firmeza la voluntad de Dios, porque es para nosotros lo mejor.
Que Dios te bendiga y bendiga también tu propósito de vivir la santidad y la búsqueda del Cielo. ¡En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén!