“En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mt 28, 16-20).
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Hermanos y hermanas, hoy es domingo, día del Señor, celebramos con toda la Iglesia la solemnidad de la Santísima Trinidad. ¿Quien de vos ya ha dormido con una manta corta? Tu cubres la partes de arriba y la parte de abajo queda descubierta, cubres la parte de abajo y la parte de arriba queda descubierta, ¿no lo es? El misterio de la Santísima Trinidad es un poco esta realidad. Siempre va existir alguna cosa descubierta. Siempre va existir un toque de misterio.
Nosotros nunca vamos ser capaces de abarcar con nuestra inteligencia en lo que es el misterio de la Santísima Trinidad. Por más que inclinamos en definir con conceptos su identidad, su naturaleza, sus relaciones internas, sus acciones, la Trinidad va ser siempre un misterio incomprensible para nuestra mente humana.
Jesús Revela la Presencia del Padre y del Espíritu Santo
Pero fue gracias a las misiones del Hijo y del Espíritu Santo que nosotros tuvimos acceso en la vida interna de la Santísima Trinidad. Dios se inclino de amor sobre la humanidad y, en la encarnación de Jesús cuando ha bajado del Espíritu Santo, nos fue dada la posibilidad de tocar más de cerca en este misterio. Por supuesto que, en el Antigo Testamento, nosotros tenemos várias teofanías, las manifestaciones de Dios que sigue, de alguna forma, que en él se ocultaba el Hijo y el Espíritu Santo, pero fue en Cristo que el Padre se ha podido revelarse plenamente y dar a conocer el Espíritu Santo.
En las palabras de Jesús, en el Evangelio de hoy, bautizando en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en realidad aquí nosotros tenemos una síntesis trinitaria que la comunidad cristiana cogio a lo largo de los años pasados al lado de Jesús y también la transmisión de estas revelaciones por aquellas personas que tuvieran contacto con Él. Jesús, constantemente, hacia referencia al Padre. Él no hablaba de San José, sin embargo él había sido creado en la tierra por una imagen paterna del modelo de san José, pero había una referencia clara para un otro Padre de donde Jesús ha venido. “He venido del Padre”, “Yo y el Padre somos uno”, “Yo permanezco en el Padre”.
Jesús también, por várias veces, hizo referencia al Espíritu Santo, a quien Él mismo llamaba de Defensor, Paraclito y Abogado. Miren, Jesús ha dejado claro de donde Él ha venido, de donde Él ha venido más dos personas, al Padre y el Espíritu Santo. En el total, tres personas en un solo Dios. ¡Que gran misterio! Ni el gran Santo Agostinho ha conseguido traducir la grandeza de ese misterio. Entonces, ¿cómo hacer padre? Nosotros somos tan limitados … Vivir la Santísima Trinidad, vivir, dejarse amar por el Padre, vivir la amistad con Cristo y dejarse guiar por el Espíritu Santo. Esta es la Santíssima Trinidad.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!