En aquel tiempo, Jesús se manifesto a los once discípulos y les dijo: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Mc 16, 15-16).
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Amados hermanos y hermanas, hoy, nosotros celebramos el el Evangelista San Marcos. Él fue el primer a escribir el Evangelio, y él habla de la Misericordia, de los milagros extraordinario de Jesús y también nos habla, hoy, algo muy importante: el itinerario que nosotros estamos viviendo en este periodo después de la Pascua, es decir, el periodo de la Resurección de Jesús. Y el Señor nos da una orden: “Ir por todo el mundo y todos predicad el Evangelio. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”.
Por eso nosotros bautizados tenemos una misión muy importante, que no es solo de los sacerdotes, de los obispos y del Papa, pero de toda la comunidad cristiana, comunidad de fe y esta resurrección necesita impactar la vida de cada uno de nosotros para el “Id”. Es salir de nuestro egoísmo, es salir de una vida de telespectador de solo escuchar. ¡No! Ahora, nosotros necesitamos también actuar en nombre de Jesús, porque, mis hermanos, mis hermanas, las señales acompañan aquellos que creen en Jesús, curas son realizadas en nombre de Jesús, liberaciones son realizadas en nombre de Jesús.
El Señor nos esta dando la gracia de darnos seguimiento en el legado que Él nos dejó. Nosotros necesitamos ser otros cristos en la sociedad, en la familia, en el trabajo. ¡El testigo es algo muy importante en la vida del cristiano! Sin testigo, nosotros podemos hablar, nosotros podemos predicar, pero si nosotros no vivimos eso, no va provocar nada en la vida de las personas.
Nosotros necesitamos ser otros cristos en la sociedad, en la familia, en el trabajo
Ya dije en algunas homilías que habla el siguiente: Hablar de Jesús es diferente de experimentar Jesús. Quien experimenta a Él, da testigo de Él. Porque, mis hermanos, nosotros estamos en un camino hacia a la eternidad, hacia el Cielo, por eso necesitamos, como bautizados, llevar ese anuncio del Evangelio, que es capaz de cambiar la vida de muchas personas, como cambio mi vida, como cambio la tuya.. Pero tu necesita también llevar esta experiencia a otras personas, para que otros que están en la ignorancia, que no viven aún en la verdad del Evangelio puedan ser libertas de las situaciones de la oscuridad, de la falta de fe.
Quiero pedir a ti, mi hermano, mi hermana, sobre tu vida, la gracia del Espíritu Santo de Dios, para que tu seas sumergido en esta gracia y ten osadia, la parresia, la fuerza como este Evangelista San Marcos tuvo, pues los apóstoles fueron aquellos que han dado seguimiento al anuncio del Evangelio. Y mira… Para tu, hoy, que estas recibiendo esta homilía diaria, solo esta recibiendo porque tuvo aquellos que han dado seguimiento al “Ir y predicad a todos el Evangelio”.
¡Que Dios te pueda dar esta gracia, que Dios te pueda da esta fuerza! Que el Espíritu Santo sea Aquel que te va llevar a los confines del mundo para anunciar el Evangelio.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!