“Entonces se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron: «Nosotros y los fariseos ayunamos en muchas ocasiones, ¿por qué tus discípulos no ayunan?» Jesús les contestó: «¿Quieren ustedes que los compañeros del novio estén de duelo mientras el novio está con ellos?” (Mt 9, 14-15).
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Mis hermanos y mis hermanas, esta es la temática del ayuno. Los discípulos de Juan y los fariseos practican, muchas veces, el ayuno nos habla la Palabra. El destaque para el termino “pólis” aquí es interesante, porque indica una práctica que era frecuentemente para subrayar que algo era constante en la vida de los discípulos de Juan y también de los fariseos: la practica del ayuno.
Una practica vivida seguramente con todas las letras, pero que había caído en la esterilidad. ¿Esterilidad, por que? Una practica espiritual que no guiaba a una relación amorosa con Dios ni mismo con los hermanos.
Se practicaba el ayuno explorando os más débiles – basta leer, por ejemplo, el Antiguo Testamento, cuando los profetas hacen una denuncia muy fuerte sobre la practica de ayunos en el medio de la exploración de los más débiles.
Al mismo tiempo que se practicaba algo espiritual, también se hacia el mal en el mismo día. Es decir, la misma persona que se decía religiosa, que se decía observante, era capaz de practicar y hacer actos de injusticia contra su prójimo.
La practica espiritual debe llevarnos a la imitación de Cristo
Eso es el peligro de vivir nuestras realidades espirituales como un solo devocionismo. Una devoción necesita guiarnos para una espiritualidad. Devoción toca los sentimientos, la espiritualidad debe llevar nuestra opción a un estilo de vida. La practica espiritual debe llevarnos a la imitación de Cristo.
Por eso el ayuno, cuando practicado como forma de espiritualidad, nos conduce a la imitación de Cristo. Si tu no pones Cristo en el día de tu ayuno, tu ayuno va ser solo una dieta, no vas comer, una interrupción de sus comidas. Por eso que el espíritu del ayuno no es hacernos parecer personas espirituales.
La Primera Lectura, de este día de hoy, habla sobre eso. Mira el engaño que Rebeca hizo con Isac, haciendo con que Jaco pasase por el hijo más viejo, Esaú, solo para que Jaco tuviese la bendición del padre. La bendición era destinada para el hijo Esaú, y Rebeca presenta su hijo Jaco, engañando Isac, haciendo con que Jaco recibiese la bendición en el lugar del hermano.
Mira, ella llego al punto incluso de poner pieles de cabrito en las manos del hijo y en su cuello para que él se parezca más con el hermano. Estoy diciendo eso porque si nosotros vivimos nuestras practicas espirituales solo como apariencia de seres espirituales, pero no como personas transformadas por Cristo, esta practica cae en un devocionismo y no es espiritualidad.
El ayuno solo es eficaz si nos transforma en el Hijo, Jesús; si Él nos hace tener rasgos del Hijo, sernos más parecidos con Jesús.
Pidamos al Señor que nuestras practicas espirituales nos guían a una imitación de Su corazón.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!