“No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes” (Jn 14, 1-3).
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Mis hermanos y mis hermanas, estamos hoy en el 5º Domingo de Pascua, celebramos la presencia del Señor vivo en nuestro medio y en nuestras comunidades. Y necesitamos, con esta palabra de la Resurrección, obedecer al que Jesús pidió: “perturbe vuestro corazón. Confía en mí y tranquiliza tu corazón”, Jesús hoy nos iba decir eso. Son estas palabras que Jesús guía Su comunidad, a Sus discípulos.
Muchas veces, en nuestra vida, nos preocupamos y nos angustiamos pensando: “¿Será que tendrá un lugar para mí?”, “¿Será que Dios va recordarse de mí?”, “Será que Dios me va atender”, “¿Será que Dios va escuchar mi suplica?”.
Dios existe, pero Él no eres tu; yo no soy Dios, y nosotros necesitamos parar con esta manía de querer jugar de ser Dios. Este juego nos quita la paz. Perturbamos nuestro corazón cuando queremos jugar de ser Dios y este juego es tramposo, es cruel y, literalmente, no hay gracia. Porque si nosotros queremos ocupar el lugar de Dios para poder vivir nuestras realidades y tomar cuenta de nuestra vida solos, nuestro corazón va perder la paz y nosotros vamos perder este estado de comunión con Dios.
Cuida de poner la paz en tu corazón, solucionando tus pendencias
¿Recuerda de aquellas mágicas que eran hechas en la televisión? En el comienzo, los mágicos decían: “No intenten hacer eso en casa”, entonces, es la misma advertencia para nosotros discípulos de Jesús: no juegues de ser Dios, porque nosotros podemos perturbar nuestro corazón. Y el problema es que no es solo nuestro corazón, pero perturbamos todo que esta alrededor de nosotros. Las personas que están cerca de nosotros, muchas veces, necesita elegir duras consecuencias de nuestra manía de querer ser Dios, de jugar de ser Dios, de querer salvarse solo, de encontrar una solución para yodo solo.
Jesús esta preparando un lugar para nosotros — Él dijo eso para Sus discípulos. Por eso, quedate muy tranquilo, nuestra morada eterna va ser mejorada, Jesús no va decepcionarnos. ¡Especialmente, se tratando de los muebles de nuestra casa en la vida eterna, quedate tranquilo! San José era carpintero, entonces, los muebles van ser de primera cualidad. No perturbe tu corazón.
Cuida de poner la paz en tu corazón, perdonando quien tu necesitas perdonas, confesando tus pecados, solucionando tus pendencias, porque el resto dejamos con Dios; del resto, Él se ocupa.
Incluso, en la Primera Lectura de hoy, hemos visto la elección de los siete diáconos para cuidar de las cosas extraordinarias de las comunidades. Por ejemplo, el cuidado de las viudas, la situación sobre las viudas que estaban siendo descuidadas. Son elegidos estes siete diáconos para que los apóstoles estuviesen libres para predicar la Palabra de Dios. Es eso, vamos cuidar de aquello que nos compite, y el restante vamos dejar para Dios cuidar, y Él cuida muy bien, pues sabe de lo que necesitamos.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
