“Al ver su fe, Jesús le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados” (Lucas 5,20).
Para que puedas reflexionar y comprender el vídeo necesitas ‘accionar el subtitulo en español’:
Mis hermanos, este episodio del Evangelio relata aquellos que llevaron un paralitico hasta Jesús, pero debido la multitud que estaba allí alrededor de la casa, no conseguirán, por eso abrieran el techo para introducir aquel paralitico.
Y aquí es interesante: ¿Jesús ha visto la fe del paralítico? ¡No! Jesús ha visto la fe de aquellos hombres, y viendo la fe de ellos, el Señor curo aquel paralitico.
Mis hermanos, ene ste tiempo de Adviento, tiempo de crecimiento en la fe, necesitamos pedir esta gracia a Nuestro Señor: de crecer en nuestra madurez con Él, de crecer en la fe, de creer cada vez más en Él.
El Señor mismo ya nos enseño, en su Evangelio, que si nosotros tuviésemos fe del tamaño de un grano de mostaza, nosotros moveríamos una montaña, un árbol. Necesitamos mover varias montañas, várias arboles también en nuestro tiempo.
Aquellos hombres tuvieran fe y aquel hombre fue beneficiado, aquel paralitico fue beneficiado debido la fe de aquellos hombres.
Que nuestra fe nos ayude a movimentar nuestros hermanos paralizados por el pecado
Mis hermanos, cuál es la gran parálisis que el mundo ha sufrido si no es la descreencia, la falta de amor al hermano, al prójimo. Jesús ha visto la de aquellos hombres, ha visto la actitud de ellos y por eso ha concedido la gracia para aquel paralitico.
¿Cuáles son los paralíticos que están en nuestra casa? ¿Cuáles son los paralíticos que están en nuestra Iglesia? ¿Cuáles son los paralíticos de la humanidad? Necesitamos presentar estos paralíticos a Jesús y la gracia que ellos más necesitan. Jesús ya señalo: “Hijo, tus pecados están perdonados”.
Jesús no curo el paralíticos primero, pero primero curo tu corazón. La humanidad, los paralíticos que están en nuestra casa necesitan, antes de todo, no volver a caminar, pero necesitan del perdón en el corazón, necesitan sentir amados por Neustro Señor.
Mis hermanos, vamos presentar a Jesús los paralíticos de nuestro tiempo, los paralíticos de la humanidad, y que nuestra fe pueda beneficiar la humanidad, que nuestra fe pueda beneficiar nuestros hermanos y hermanas paralíticos.
El Catecismo de la Iglesia Católica, en el parágrafo 29, nos habla: “La fe es la respuesta del hombre a Dios, que a él se revela y se ofrece, respuesta que, al mismo tiempo, trae una luz superabundante al hombre que busca el sentido último de su vida”.
La fe de aquellos hombres iluminó y “dejo de paralizar” aquellos hombre. Que nuestra fe nos ayude a mover nuestros hermanos paralizados por el pecado.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!