“Los discípulos, al verlo caminar sobre el mar, se asustaron. Es un fantasma, dijeron, y llenos de temor se pusieron a gritar. En seguida Jesús les dijo: Ánimo, no teman, que soy yo.” (Mateus 14,26-27)
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Mis hermanos, hoy, celebramos las Basílicas de San Pedro y San Pablo — memoria facultativa —, y celebramos estas dos Iglesias, estos dos Templos dedicados al Señor, bendecidos para que nuevos cristianos pudiese nacer allí, para que la Palabra de Dios fuera proclamada allí.
Y nuestra fe, mis hermanos, es basada – por supuesto — en Nuestro señor Jesucristo, nuestro Dios que nos da donado Su fe, y Jesús ha eligido Pedro como el primero, y ha eligido Pablo para propagar la fe.
Nuestra fe también esta fundamentada en los apóstoles, en estas bases. Y, por supuestos que, en el camino, Pedro y Pablo tuvieran dificultad. En este Evangelio, escuchamos que Pedro fue al encuentro del Señor, pero, después, tuvo miedo, comenzó a hundirse y ha pedido ayuda de Nuestro Señor.
Mis hermanos, así como Pedro y Pablo, en nuestro camino, posiblemente sufriremos vientos, tormentas, tempestades donde comenzaremos a hundir, por eso necesitaremos recurrir a Nuestro Señor. Como Pedro, pidamos al Señor: “Ayuda, Señor”, “Ven ayudame”.
Sigamos nuestro camino con mucha fe y confianza. ¡El Señor esta con nosotros!
Y el Señor fue al encuentro de Pedro. El Señor también ayudo Pablo, que perseguía los cristianos. Y paso a ser perseguido, porque se convirtió un apostoles del Señor. Estos dos hombres se encontraran con Cristo, estos dos hombres fueron apoyados por Nuestro Señor Jesús y se convirtieran grandes evangelizadores.
Al celebramos, hoy, San Padre y San Pablo, a Dedicación de estas dos Basílicas, Nuestro Señor nos llama a la confianza en Él. “¡No tengas miedo, PEdro!”, “No tengas miedo — ¿cuál es tu nombre? — Confianza en el Señor.
Después, más tarde, San Pablo puede decir eso: “Yo sé en quien pongo en mi confianza”. Hoy, celebramos la Dedicación de estas dos basílicas, pidamos la ayuda de Nuestro Señor y confiemos aún más en Él.
¿Los vientos están dando contra ti, las tormentas, las tempestades, los males de este mundo? Confianza en el Señor, como Pedro y Pablo. ¿Tu comienzas a hundir por causa de la falta de fe, por causa de los problemas y enfermedades? ¡Confianza en el Señor! Pablo, de la misma forma, fue preso, ha sufrido las azotadas, pero ha confiado en el Señor.
Sigamos nuestro camino con mucha fe y confianza. ¡El Señor esta con nosotros, Él esta contigo!
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!