“El les dijo: Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida. Llamó a diez de sus servidores y les entró cien monedas de plata a cada uno, diciéndoles: “Háganlas producir hasta que yo vuelva”. (Lucas 19,12-13)
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Mis hermanos, estas últimas semanas del tiempo litúrgico, de este año litúrgico, la Palabra de Dios va hablar sobre la venida del Señor. y escuchamos hablar, estos días, sobre los terremotos, que el Reino estaba entre ellos.
Y Jesús, más una vez, cuenta una parábola para hablar sobre la necesidad de la vigilancia y de la necesidad de usar los doner que Nuestro Señor nos ha confiado. Él cuenta esta pequeña parábola aquí, diciendo que un hombre ha partido para un lugar lejos. ¿Qué hombre es ese que ha partido para un lugar lejos para ser coronado? Jesús esta hablando de Él.
Él vino hasta nosotros para ser coronado, para sufrir la Pasión, Muerte y Resurrección, y después Él volvería. Él ya vino una primera vez y ya fue coronado aquí en la tierra con espino, ya fue coronado en el Cielo, porque resucito, y Él esta para volver.
Y nuestro Señor, al volver hasta nosotros, también nos ha dado los dones y talentos. Y cuando el Señor volver, Él desea que nosotros prestemos cuenta de los doner y talentos que nosotros recibimos.
Somos llamaos a no empaquetar nuestros talentos, pero a revelarlos
Jesús aquí ha dado el ejemplo: el primer que fue ajustar las cuentas ha conseguido hacer rendir diez veces más. El segundo consiguió rendir cinco veces más; pero tuvo un que guardo en la sabana los talentos, y ese fue castigado.
Mis hermanos, somos llamados a no empaquetar nuestros talentos, pero a revelarlos, a poner nuestros talentos en practica.
¡Imaginemos los deportistas, imaginen aquellos que se destacaran en el deporte, si tuviesen oculto! No tendríamos la belleza del fútbol, del voleibol .. Imagina aquel empresario que recibió dones, ha recibido la gracia de gobernar, si él no tuviese puesto en practica, él no tendría una gran empresa.
Mis hermanos, como cristianos, nosotros recibimos muchos talentos, mucha inteligencia, pero, ¿qué debemos hacer? Fructificar y, principalmente, como cristianos, teniendo nosotros recibido el bautismo, somos llamados a testimoniar Nuestro Señor, a vivir Su Palabra, a hacer rendir los dones que nosotros recibimos de Él.
Mis hermanos, Nuestro Señor esta volviendo y quiere ajustar las cuentas. Que, al volver, Él nos encuentre multiplicando los dones que nosotros recibimos de Él, es decir, viviendo la santidad, viviendo Su Palabra, viviendo nuestra donación a nuestro hermano.
Hagamos fructificar los talentos que nosotros recibimos de Dios.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!