“Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: “Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber” (Lucas 17,10).
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Mis hermanos, Nuestro Señor contó esta parábola sobre un empleado que realiza un servicio. Y Jesús presento este cuestionamiento: “¿Pero será que el siervo, su jefe va alabarlo, va decir ‘muy bien’, ‘felicitaciones’?”. Nuestro Señor estaba enseñando que no porque aquel empleado fue contratado para hacer realmente aquello. El trabajo de él es aquel, entonces, él no hizo más que su obligación.
Mis hermanos, por supuesto que es bueno alabar, es bueno felicitar el trabajo que alguien hizo; vamos seguir a hacer esto, sí? Pero, en realidad espiritual, en realidad con Dios, mis hermanos, no debemos esperar que el Señor nos de gratificación, que nos conceda bendiciones solo porque realizamos algún tipo de servicio a Él. Debemos hacer lo que esta a nuestro alcance, y todo aquello que nosotros realizamos, en verdad, somos siervos inútiles, hicimos lo que deberíamos hacer.
Que nosotros nos santifiquemos en los servicios sencillos de cada día
Nuestro trabajo en la iglesia, y nuestro trabajo honesto en la empresa, el ser un buen profesional nada más es que aquello que nosotros debemos ser. Es en este cotidiano, es en el sencillo del día a día, de aquello que nosotros debíamos hacer, que nosotros nos santifiquemos.
Que ustedes se santifique en el ordinario de tu vida, que nosotros nos santifiquemos en los servicios sencillos de cada día. ¿Sabes porque, mi gente? Porque cuando nosotros hacemos algo esperando una recompensa, y esta recompensa no viene, y como nosotros nos frustramos, ¿no es verdad? Incluso recibimos un elogio, pero esperábamos recibir más.
El Señor nos llama a un servicio gratuito y amoroso a Él, sin esperar cualquier tipo de gratificación. Si la gratificación viene: “amén”, aleluya, gloria a Dios”, pero sino viene “amén”. No debemos hacer por gratificación, por el elogio, pero debemos hacer por amor a Jesucristo. Somos siervos inútiles.
El Papa Francisco, cuando habla sobre lava pies, del servicio, él habla: El gesto del lava pies, en que “Jesús nos enseña el servicio, como camino de cristiano” — ¿Cuál es mi camino y tu camino? Lavar los pies unos de los otros, lavar los pies de nuestros hermanos —, con efecto, “el cristiano existe para servir, no para ser servido” (26 de abril de 2018).
hagamos este camino, mis hermanos, de servir, de hacer lo que nosotros deberíamos hacer, y hagamos por amor a Nuestro Señor, hagamos gratuitamente. La recompensa cabe a Él, cabe a nosotros servir y amar.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!