“En ese momento se acercaron algunos fariseos que le dijeron: «Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte». El les respondió: «Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado” (Lucas 13,31-32).
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Mis hermanos, en este evangelio, Nuestro Señor se depara con los fariseos que advirtieran a Él sobre Herodes, que querían matar a Él, pero Jesús no se dejo intimidar por Herodes.
Herodes imaginaba hacer para ocurrir, pero quien hace y ocurre es Él, Jesús, es Dios. Por eso, JEsús no se dejo intimidar y dijo: “Mira, va decir a ese zorro que yo expulso los demonios hoy, mañana y, al tercer día voy terminar la obra”.
Mis hermanos, Nuestro Señor estaba hablando de Su vida, de Su Pasión, de Su Muerte y de Su Resurrección. Él no se dejo intimidar por Herodes, no se dejo intimidar por nadie, ni por el demonio — cuando Él fue tentando —, siguió haciendo la obra de Dios.
El camino que Jesús siguió es el camino que nosotros también seguiremos
Mis hermanos, estaos viviendo también un tiempo en que nosotros, cristianos, somos intimidados: “No viva tu fe”, “No habs de tu fe”, es lo que nosotros escuchamos por ahí, pero nosotros, como cristianos, debemos hacer el camino que Cristo hizo. Él no se dejo intimidar y anuncio como seria Su camino; que Él iba seguir a expulsar los demonios hoy, mañana; y, al tercero día, Él completaría Su obra.
La obra de Jesús también es nuestra obra. El camino que Jesús siguió es el camino que nosotros también seguiremos, es el camino que tu también va seguir. ¿Es un camino facil? ¡No! Es un camino de persecución, pero, aún en la persecución, seguir haciendo el bien. El Señor fue perseguido, pero siguió a expulsar los demonios; el Señor fue perseguido, pero siguió a anunciar el Reino y sufrió la Pasión, la Muerte y la Resurección.
Mis hermanos, es ese el camino que nosotros también debemos seguir. Nuestro camino es pascual, es decir, pasión, muerte, sufrimiento y resurrección. No nos olvidemos de eso, al camino de Cristo es también nuestro camino. Entonces, pasaremos por la pasión, por la muerte; y nosotros resucitaremos.
Que el Señor nos ayude a seguir ese camino con fidelidad a Él. No nos dejemos intimidar por nada y por nadie, continuemos a anunciar el Reino, así como hizo Jesucristo.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!