“Jesús dijo entonces: ¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció, se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas” (Lucas 13,18-19).
Mis hermanos, hoy nosotros conmemoramos Santo Antonio de Sant’Ana Galvão, el primer santo brasileño canonizado aquí en el Brasil — nació en Guaratinguetá – SP (Brasil). En el comienzo, él entro para orden de los jesuitas, pero, después, hizo un camino para los franciscanos. Se santificó como franciscano y realizo grandes obras porque vivió la Palabra de Dios, porque vivió el Evangelio con fidelidad.
Escuchamos, hace poco, el evangelio hablando que Jesús comparaba el Reino de los Cielos como una mostaza, que es pequeña, pero que, después de cultivada, ella creció, se convirtió en un árbol e incluso de las aves del cielo son capaces de hacer nidos porque ella creció.
Mis hermanos, el reino de Dios es así: él comienza pequeño, y después van tomando una proporción.
Que seamos fieles a Nuestro Señor y la gracia de Él va ocurrir, el Reino de Dios va crecer
Santo Antonio de Sant’Ana Galvão, un hombre sencillo, pero que vivió la fe que recibió de sus padres, hizo un camino de santidad y se convirtio franscicano. Él es patrono de los arquitectos, porque también tenía conocimiento [de arquitectura] y realizo obras arquitectónicas. Interesante y bonito no es solo las obras arquitectónicas, materiales, pero una gra obra de fe Santo Antonio de Sant’Ana Galvão realizo.
Atendía los pobres y necesitados. Él comenzó el Monasterio de la Luz, que fue una casa de reconocimiento para religiosas. Hoy, las hermanas están allí y viven la clausura, viven el tiempo de oración, se dedican a Dios en una vida solitaria — hasta hoy esta obra existe. Él también puso la mano en la obra allí para construir aquel edificio, el actual Mosteiro de la Luz, en San Pablo. Fue un hombre que realizó obras materiales, pero obras también espirituales.
La conocida píldora de Fray Galvão se ha dado por una ocasión en que hombre desesperado por cuenta de su esposa que estaba para dar la luz — él estaba desesperado, no sabía mucho que hacer —, Santo Antonio, el Frai Galvão, escribio algunos frases del Oficio de la Inmaculada en tres mensajes y dio para aquel hombre. ¿Qué estaba escrito en aquellos papeles? “Oh Virgen, permanecestes intacta: Madre de Dios, ha intercedido por nosotros”.
Aquella mujer tomo aquellas píldoras y el milagro ocurrió, la gracia ocurrió. Después, muchos otros milagros ocurrió por causa de la fe en Nuestro Señor, la obra de Dios creció en la fidelidad de Frei Galvão.
Que nosotros también seamos fieles a Nuestro Señor y la gracia de Él va ocurrir, el Reino de Dios va crecer no por nuestros méritos, pero por la gracia de Dios.
Cuanto a nosotros, seamos fieles, que Frei Galvão interceda por nosotros y que nosotros también sigamos un camino de santidad. Hagamos mucho más, por supuesto, que obras materiales, obras espirituales, consolándonos unos a los otros, ayudándonos unos a los otros.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
