“Luego le dijeron: Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben. Jesús les contestó: ¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar”. (Lucas 5,33-35).
Mis hermanos, hubo siempre entonces un confronto entre los fariseos, los doctores de la Ley, los escribas a respecto de la conducta de Jesús, a respecto de las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo; y, allí, ellos constataran que los maestros de la ley, que incluso los discípulos de Juan Bautista ellos hacían ayunos, pero los discípulos del Señor, de Él, de Jesús, ellos no hacían, entonces, hubo este cuestionamiento. Y Jesús puede responder: “Mira, mientras el novio esta con ellos, no es possible ayunar, no tiene propiedad ayunar, porque es fiesta, el novio esta entre ellos, pero cuando novio es quitado, eso sí, ellos van ayunar”.
Mis hermanos, nuestro Señor esta hablando de Él, Él es el novio, y mientras Él esta presente, no se hace ayuno. Pero llegará el tiempo en que el novio va ser quitado, y entonces ellos ayunaran.
Desgraciadamente, aquellos fariseos maestros de la ley, ellos estaban encarcelado a la ley, al legalismo, y por eso no consiguen darse cuenta en la enseñanza de Nuestro Señor, la libertad, no conseguían darse cuenta de la presencia del Señor, el Mesias. Por eso que, después, Jesús también dijo que era necesario tener un corazón nuevo para recibir el Nuevo, que era Él. El remiendo nuevo en ropa vieja, el rasgón aún, queda aún mayor. Vino nuevo solo se pone en odres nuevos, entonces era necesario ser un odre nuevo para recibir el vino nuevo que era Él, Jesús.
Vivamos del esencial, el Cristo, hasta que Él venga
Jesús no era contra la enseñanza del ayuno. Además, nuestra Iglesia habla que nosotros debemos ayunar. Los viernes son días, es el día por excelencia de ayuno, es un día penitencial. Todos los miércoles de Cenizas, toda viernes de la Pasión y todos las otros viernes del año, es un día penitencial, es un día en que nosotros podemos hacer ayuno. Ayuno es una practica penitencial.
¿Y para que sirve el ayuno? El ayuno sirve para dominarnos, para equilibrarnos. El ayuno no es para pasar hambre, el ayuno no es para hacernos una dieta, pero el ayuno nos sirve para educarnos, educar nuestros instintos. Jesús dijo, aquí, que, en aquel momento, no era posible, pero cuando Él fuese quitado, allí sí, ellos ayunarían hasta Su venida.
Nosotros estamos viviendo este tiempo, aguardando la segunda y definitiva venida de nuestro Señor. Y por eso nosotros practicamos esta, practicamos el ayuno, realizamos esta practica penitencial, hasta que el Señor venga. Pero nosotros debemos hacerla de corazón, debemos hacerla por amor, debemos hacerla con el deseo de crecer, de madurar en nuestro camino espiritual.
Debe ser, de hecho, por amor, no una formalidad, no para ser visto, para ser notado, pero con humildad. Que el ayuno nos eduque, que el ayuno nos muestre lo que es esencial. El esencial no es comer, no es beber de cualquier forma. Comer con equilibrio y el esencial es Cristo. El ayuno nos apunta para lo que es esencial, acojamos el esencial, Cristo en nuestra vida. Vivamos del esencial, el Cristo, hasta que Él venga.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!