“Un hombre joven se le acercó y le dijo: Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para conseguir la vida eterna? Jesús contestó: ¿Por qué me preguntas sobre lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Pero si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos.” (Mateo 19,16-17).
Mis hermanos, este Evangelio, que aquí en el Evangelio de Mateo, presenta alguién que fue hasta Jesús. Aquí también es conocido como Joven, el joven rico que fue hasta el Señor. Y mira que interesante la pregunta que él hizo: “¿Qué debo hacer de buen para entrar en la vida eterna?”.
Mis hermanos, este cuestionamiento tal vez sea el mio y tal vez sea el tuyo. “Pero, ¿qué tengo que hacer para conseguir un buen trabajo, para conseguir un buen empleo?”. Muchos ya saben: necesito estudiar, necesito esforzarme. Para cuidar de mi salud, necesito observar, allí, la alimentación, necesito ir al médico. Para ganar el campeonato, necesito hacer ejercicio físico, necesito entrenar. Pero, ¿para entrar en la vida eterna? ¿Qué es necesario hacer?
¡Mis hermanos, primero, el cielo es gracia, es gracia de Dios! ¿Quién merece el cielo? Nadie. El cielo es gracia de Dios. “¿Y que debo hacer?” Calma, no es cuestión de hacer, es cuestión de ser, ser de Dios, vivir en la voluntad de Dios. Y Jesús presento entonces los mandamientos para aquel hombre, para aquel joven. Y aquel joven, con audacia, dijo que ya vivía todo. ¿Y que era aún necesario? Entonces Jesús presento aún lo que era necesario, era necesario dejar, era necesario abandonar algunas cosas. Si él aún quería ser perfecto, él debería desapegarse de los bienes materiales. ¡Ah! aquel hombre, aquel joven se fue triste, porque él era apegado a muchos bienes.
Busquemos siempre hacer la voluntad de Dios
Interesante, ¿no lo es? “¡Yo ya vivía todo!”. pero, después, él ha visto que no vivi aún todo. Mis hermanos, que en nuestro camino sea siempre así: “Yo aún no estoy viviendo completamente en la voluntad del Señor”.
Que yo sea, que tu sea siempre insatisfecho, insatisfecha. Yo necesito estar en la voluntad de Dios, yo necesito vivir la voluntad de Dios, yo necesito vivir la Palabra de Dios, yo necesito hacer la voluntad del Señor. No es cuestión de hacer, es cuestión de ser. Sea de Dios, seamos de Dios y seamos desapegados.
No da para entrar con mucha cosa, con muchos bienes en el Reino de los Cielos, porque la puerta es estrecha, ya enseñaba Jesús en el Evangelio, enseña en el Evangelio. La puerta es estrecha. Es necesario ser, es necesario ser desapegado. ¿En que aún estamos apegados? ¿En que aún estamos apegados? Solo en Dios, y nuestro epago debe ser solo a Dios.
Para entrar en el Reino, es necesario ser desapegado, y es necesario ser de Él, simplemente eso, y dificilmente eso. Pero es el desafio, seamos insatisfechos, sí, con lo que estamos viviendo. Busquemos siempre hacer la voluntad de Dios. Ser de Dios, y ser desapegado de las cosas del mundo.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!