“Mientras iba de camino, una mujer que desde hacía doce años padecía hemorragias, se acercó por detrás y tocó el fleco de su manto. Pues ella pensaba: «Con sólo tocar su manto, me salvaré.»” (Mateo 9, 20-21).
Mi hermano y mi hermana, Nuestro Señor Jesucristo paso por este mundo haciendo el bien. Delante de varias personas, el Señor se acercó, converso, puso las manos. Y aquí, en el episodio de hoy, nosotros tenemos el Señor que se deja tocar. Por supuesto, Jesús, aquí, esta a camino para atender el pedido de un padre, un padre que pedia por su hija. Y como Jesús pasa por ese mundo haciendo el bien, Él no pierde tiempo. Él estaba a camino para curar, para visitar un niño, pero, en el camino, una mujer que sufría hace mucho tiempo tambien fue curada por Nuestro Señor.
El Señor vino a nuestro encuentro, pero nosotros también necesitamos ir al encuentro de Él. ¿Cuál es el paso que, hoy, tu necesitas dar? ¿cuál es el paso que, hoy, necesito dar? Dejar que el Señor venga – y el Señor ya vino muchas veces – , pero también ir al encuentro de Él.
Somos llamados a tener también una actitud no pasiva, pero activa delante de Nuestros Señor. Pasivamente, por supuesto, él viene hasta nosotros, Él nos bendice, Él nos da sus gracias, pero el Señor desea también que nosotros hagamos un esfuerzo de ir al encuentro de Él.
Vamos al encuentro del señor, toquemos en Él, porque Él ya nos toca por la fe
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Y aquella mujer que ya sufría hace mucho tiempo, que ya había pasado por muchos medicos, podría haber desistido y podría haber acomodado en su situación, pero ella fue al encuentro del Señor, ella tuvo fe: “Con sólo tocar su manto, me salvaré”. Aquella mujer tuvo fe.
El Catecismo de la Iglesia nos enseña que “La fe es la respuesta del hombre a Dios que se revela” (CIC 26). Dios se revelo en Jesucristo aquella mujer, y ella dio su respuesta: “Yo voy al encuentro de Él”.
Hoy, necesitamos también dar nuestra respuesta al señor que se revela en las pequeñas cosas. que puedas dar tu respuesta, a Dios. va al encuentro de Él, no tenga más una actitud pasiva, más activa. ¡Va al encuentro de Nuestro Señor! Cree en Él, Él poderá realizar las maravillas en tu vida.
Pasivamente, pero mucho más, aún hoy, activamente, vamos al encuentro del Señor, toquemos en Él, porque Él ya nos toca por la fe. Vamos dar nuestra respuesta buscando a Él de todo nuestro corazón y viviendo la santidad. Es la mejor respuesta de fe que nosotros damos para tocar en Él.
Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!