“Jesús les dijo también: «Cuando llega la luz, ¿debemos ponerla bajo un macetero o debajo de la cama? ¿No la pondremos más bien sobre el candelero? No hay cosa secreta que no deba ser descubierta; y si algo ha sido ocultado, será sacado a la luz” (Mc 4, 21-22).
Respondiendo la pregunta de Jesús: ¡No! la lámpara fue hechar para iluminar, una luz no puede ser puesta debajo de una cama, no puede ser oculta. Esta pregunta que Jesús hace esta respondida. Acostumbramos ocultar la lampara o tenemos miedo de encenderla en nuestra vida, especialmente en nuestra humanidad; tenemos mucha dificultad de encarar nuestra verdad, de mirar lo que nosotros necesitamos cambiar en nosotros, pero con mucha coraje. No queremos ver lo que esta oculto dentro de nosotros, tenemos mucha dificultad.
En la vida cristiana, eso se manifiesta por medio de miedo de una confesión, de una dirección espiritual, de recibir una oración, de compartir del corazón, hablar del corazón, compartir en un grupo, miedo de leer la Palabra de Dios, de parar para escuchar Dios, tal vez en un retiro espiritual. Eso puede manifestarse así, porque tenemos miedo de ver lo que existe dentro de nosotros, tenemos miedo de seguir delante lo que nosotros necesitamos cambiar y, muchas veces, impedimos que la luz de Cristo brille en nosotros.
Dios es luz, y donde Él llega con Su luz, llega la liberación, la salvación y el cambio de vida
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Eso puede ocurrir también en la vida social, personas que tiene miedo de una terapia ocupacional, miedo de abrirse con alguien con profundidad, de hablar de si misma, de poner algo de sí misma, por eso ponemos la luz, muchas veces, en lugares equivocados, como nos dice Jesús en la pregunta: debajo de la cama, o de un macetero… aquí, podríamos decir hoy: nos gusta poner, muchas veces, la luz en la vida de los demás, en los problemas de los demás, nosotros ponemos luz en las realidades de la vida del otro, pero no nos gusta poner la luz en nuestras problemas, dejamos de cuidar del alma y del corazón porque no queremos ver la verdad.
El cambio requiere sinceridad y autenticidad; son palabra muy importantes: sinceridad y autenticidad, dejar la luz entrar en todo, no solo en algunas partes de nosotros, pero dejar la luz de Cristo iluminar todo nuestro ser. Todo lo que esta en secreto deberá ser descubierto. Tu no necesitas decir todo para todos, pero, por lo menos, hables todo de ti para una persona, para alguien que tu amas y confias, porque sabemos que el mal vive en las tinieblas, pero Dios es luz, y donde Él llega con Su luz, llega la liberación, la salvación y el cambio de vida.
Permite, hoy, que la luz de Cristo ilumine a ti, permita que la fuerza de esta Palabra llegue a tu corazón, llegue a tu vida en el más profundo de tu ser y pueda traer para ti la experiencia de una vida nueva, de una liberación.
Sobre todo vosotros la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¡Amén!