“Pero no será así entre ustedes. Por el contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos, y el que quiera ser el primero, se hará esclavo de todos” (Mc 10, 43-44).
Los discípulos de Jesús estaban discutiendo entre ellos quien era el mayor, quien era el más importante, quien es que tendría la silla cautivo al lado de Jesús, cuando Él viese en Su gloria. Los hijos de Zebedeu, Tiago y Juan, demuestran que quieren llevar ventaja sobre los demás.
Jesús responde, primero a ellos, ni que sí ni que no se van tener un lugar a su derecha o a su izquierda. Eso no es importante para el Maestro, Jesús quiere saber si ellos están dispuestos a seguirlo en lo que que Él tiene para dar y vivir, que es beber el cáliz de la amargura, del sufrimiento y ser bautizado en el bautismo que Él va ser bautizado, que es el bautismo de la cruz. Ahora sentar a su derecha, a su izquierda, es lo que menos importa; y solo cabe al Padre que preparo una morada para cada uno de nosotros en el reino eterno.
El discípulo de Jesús no busca los primero lugares, no busca, de forma alguna, ser más importante o más relevante
Para conquistar ese lugar, esa casa, esa morada, necesitamos aprender a sernos discípulos de Jesús, y aprende con Él porque el Hijo del Hombre, el Maestro Jesús, no vino para ser servido, y sí para servir y dar su vida como rescate para muchos. Entonces, la primer cosa: si quiero seguir Jesús, no puedo querer ser servido, pero necesito convertirme un servidor de los demás. Cuanta insatisfacción en los corazones humanos, en el mio, en su corazón…
Lee más y conozca:
.:Oración de la Humildad
.:Es necesario buscar siempre la humildad
Cuando no estamos satisfechos con el lugar que ocupamos, con el espacio que nosotros tenemos, con la valorización que no nos dan, cuantos sentimientos de inferioridad, cuanto complexo de fracaso que nosotros creamos en el alma, porque nosotros llevamos por el sentimiento de grandeza del mundo en que nosotros estamos!
El seguidor de Jesús, el discípulo de Jesús no busca los primeros lugares, no busca, de forma alguna, ser más importante o más relevante. El discípulos de Jesús busca la silla de la humildad, aquella que es de servir los demás y, muchas veces, ser humillado por aquellos que hace. Jesús, el siervo sufridor, se humillo para poder servir.
Tu sabes que lavar los pies es un servicio de esclavos, y, por eso, Él lavo nuestros pies para que nosotros también lavemos los pies unos de los otros. Es por falta de humillarnos y bajar para nuestro lugar humilde que nosotros, muchas veces, no rescatamos la gracia de Dios en nosotros y donde nosotros estamos. En una casa, en una discusión vence quien humilla el otro, quien habla más alto, quien grita; y el vencido es aquel que no convence. ¡En el Reino de Dios, no! Pues vence aquel que sabe ser humilde. No es estar de acuerdo con el error, decir que esta todo correcto; es no querer tener razón, es no querer ser más importante, es no querer ser el dueño de la verdad, pero es saber, sabiamente y humildemente, servir, porque es donde Dios vive: en el corazón humilde que se humilla delante de Su presencia para servir su hermano y sus hermanas. El sentido del seguimiento de Jesús es el servicio y no sernos servidos.
¡Dios te bendiga!