“Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: “Volveré a mi casa, de donde salí”. (Lc 11, 24).
El ministerios de Jesús es un misterios de cura, de liberación y de restauración de nuestra naturaleza humana dañada, dominada muchas veces por el poder del mal, enfermo, y Jesús nos quiere curados y libertos, Él no quiere que el mal esté actuando en nosotros, es por eso que esta expulsando el demonio, esta mandando para lejos la acción del maligno de nuestra vida.
Cuando nos volvemos para dentro de nosotros, nos damos cuenta cuantas cosas malas, estropeadas, viejas, malignas y diabólicas están actuando en nosotros: malos pensamientos, mal sentimientos, resentimientos, tristezas, malas intenciones, deseos malos, sobre los demás, maquinaciones perversas que, muchas veces, salen de nosotros.
Necesitamos rezar y llenarnos de la gracia para que la desgracia del pecado no vuelva a actuar en nuestra vida
Necesitamos permitir que Jesús nos liberte del poder del mal cada día de nuestra vida. No podemos quedar al lado del maligno, porque el espíritu que vive en nosotros es el espíritu de la gracia, es el Espíritu Santo de Dios, es en él que somos bautizados, es Él que esta en nosotros. Pero si no dejamos ser movidos y guiados por el Espíritu, mire que los espíritus malignos están en búsqueda de vivir en nosotros.
El ejemplo de lo que es hablado hoy en el Evangelio, cuando el espíritu mal sale de aquel hombre, es expulso de él, Jesús dijo que él queda aún por ahí. Y una vez que no va encontrar o no encuentra espacio en otro lugar, él quiere volver para donde él salio, por eso no es importante solo libertarnos del poder del mal, pero sí rellenarse del poder de la gracia, es importante que el mal salga de nosotros y que el espíritu de Dios este en nosotros. Porque, si quedamos vacios, el espíritu maligno vuelve, y, muchas veces, peor. Y él trae consigo otros siete espíritus peores. Sin embargo, la condición de aquel hombre queda peor que antes.
¡Cuantas personas ya vi ser libertas de la acción del mal! Ya vi que bebían y dejaran de beber, fumaban y dejaran de fumar. Ya vi personas que tenían, muchas veces, un comportamiento agresivo y ser curadas de su agresividad, de la forma impulsiva o maldosa de actuar.
Mira como es importante: así como yo me alimento, todos los días, para estar fuerte y de pie, si no alimento mi alma ni mi corazón de la presencia de Dios, de la oración, no fortifico mi espíritu, mi alma, en lo que pienso que estoy libre, no estoy; el maligno vuelve, el sentimiento malo vuelve, la acción maligna vuelve y, muchas veces, en lugar de mejorar, quedamos peores que antes.
No basta vaciarse y limpiar la casa, no basta vaciarse y limpiar el corazón, es necesario dejar que Dios nos purifique, además, es necesario vigilar, es necesario rezar y estar llenos de la gracia, para que la desgracia del pecado, del mal, de los vicios, para que el maligno no vuelva actuar en nuestra vida. ¡Es de la gracia de Dios que necesitamos estar llenos a cada día!
¡Dios te bendiga!