“Jesús dijo a sus discípulos: Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres” (Lc 9, 43b-44).
Como Jesús pidio a Sus discípulos para estar muy atentos, estoy pidiendo que tu también estes muy atento. Él esta hablando sobre si mismo, Él es el HIjo del Hombre que va ser entregado en las manos de los hombres. Cuando Él esta diciendo que va ser entregado, porque los hombres de su época, los hombres de su tiempo van coger, juzgar, condenar, crucificar a Él y allí Él va morir. Todas estas situaciones las cuales estoy me refiriendo son duras para las realidad humana. La realidad humana, la vida humana, nosotros, humanos del siglo XXI, rechazamos completamente cualquier forma de debilidad, de sufrimiento, del dolor, de enfermedad.
No queremos, de forma alguna, seguir estas realidades porque todos estaban admirados con lo que Jesús hacia, todos admiraban Jesús por causa de los milagros y de las curas de Jesús, por causa del bien que Él realizaba, pero Él sabía que sería un escándalo cuando mirasen para Él todo maltratado y juzgado en la mano de los hombres.
La belleza de la Gracia Divina esta presente en la vida que nace, en la vida que corre y que también padece
Como es espanto para nosotros cuando miramos para super hombres y super mujeres de nuestros tiempos, porque lo que los ojos quieren ver es solo la realidad aparente, como si las personas todo el tiempo, con toda la vida fuera solo belleza, rostro bonito, cuerpo bonito, cuerpo saludable y bello. Tengo que decir para ti que ese cuerpo va experimentar la descomposición, eso no significa que tenemos que depreciar el cuerpo y no cuidar de él, eso no significa que no tenemos que cuidar de nuestra salud.
Si es bello mirar para un niño que esta naciendo, con todo el vigor de la vida que ella va tener, es más bello aún encarar una persona mayor que, muchas veces, esta sufriendo, que esta viendo su cuerpo deshaciendo. La belleza de la Gracia Divina esta presenta en una vida que nace, en la vida que corre y en la vida que también padece, pero si no miramos la vida como ella es, nosotros nos escandalizamos con la vida, rechazamos la vida y no queremos aceptar el otro que esta en calma sufriendo; no queremos aceptar nuestra vida que, muchas veces, esta se deshaciendo.
Hablo siempre: que Dios me de la gracia de ver todos mis “pelos” quedaren blancos. Porque, para algunos, pelos blanco es señal de vejez, de fin, pero es la vitalidad, es el vigor de la vida que pasa.
La vida es así: ella tiene un ciclo de subida y, después, un ciclo de descenso; ella baja para entrar en la gloria definitiva, para aquellos que abrazan su vida como don de Dios, no solo como expresión de exhibición para el mundo. La vida es bella en toda las etapas, la vida es bella cuando sabemos seguir la alegría de vivir, la belleza de vivir, incluso en las enfermedades y en las debilidades que la vida muchas veces nos impone.
¡Dios te bendiga!