“Jesús hizo también muchas otras cosas. Si se las relata detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros que se escribirían” (Jn 21,25)
La Palabra de Dios está allí para dar testigo en todo aquello que Jesús hizo y realizó en nuestro medio. Cuando hablo “todo”, estoy contradiciendo la propia Palabra porque la propia Palabra dijo que todas las cosas y todos los libros del mundo no serían capaces de narrar las maravillas y bendiciones que Jesús hizo, pero todo que contiene es suficiente para confirmarnos, para alimentarnos, para que permanezca seguros en el seguimiento de Jesús.
La Palabra sigue siendo escrita y vivida, excepto que la revelación termino con la muerte del ultimo apóstol, que fue Juan, pero es correcto que la Palabra esta siendo cada vez más vivida.
Las obras que Jesús realizo en su tiempo, Él sigue a realizar en nuestro medio hoy. Las personas siguen siendo sanadas, transformadas, libertadas; el Evangelio sigue siendo anunciado y nuestras vidas son rescatadas gracias al Evangelio que nos salvó.
La Palabra nos da la gracia de testimoniar al mundo lo que vimos Jesús realizar en nosotros
Es necesario rendirse a cada día al Evangelio de Jesús, es necesario dejar que a cada día escribamos el Evangelio de Jesús. No es escribir otro Evangelio, es traducir el Evangelio que Él nos dejo para nuestra vida y para nuestra realidad. Es testimoniar como aquel que fue vivido en Nazareth, en Galilea, en la Judea, este ocurriendo aquí en el Brasil, en el mundo y en muchos otros lugares, porque ese mismo Evangelio llega en el mundo. Y donde quiere que llegue, como esta llegando ahora a mí y a ti, esta Palabra tiene el poder de transformarnos, de realizar maravillas en nosotros, ella tiene el poder de darnos la gracia de testimoniar al mundo aquello que vimos Jesús realizar en nosotros.
Si Juan nos da el testimonio de aquello que él vio y, por eso, escribió, nosotros también damos testimonio de aquello que vemos, escuchamos y Dios realiza en nuestro medio. Seamos en el mundo testimonias de amor de Dios en nuestro medio. Seamos ese libro donde Dios sigue escribiendo la historia de salvación del mundo.
¡Dios te bendiga!