“Cuídense, no desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues yo se lo digo: sus ángeles en el Cielo contemplan sin cesar la cara de mi Padre del Cielo” (Mt 18, 10)
Tenemos la gran alegría de celebrarnos, en el día de hoy, la Fiesta de los Santos Ángeles de la Guarda. En realidad, el Ángel de la Guarda es nuestro guardián, nuestro protector, nuestro amigo del Cielo que camina con nosotros todos los días de nuestra vida
Ángel es mensajero de Dios. Los ángeles son mensajeros que viene traer Dios para cerca de nosotros y nos pone en comunión con Él.
El mundo maravilloso y admirable de los ángeles es una de las realidades místicas a cual no podemos ignorar en nuestra vida. Vivimos en una realidad de mucho materialismo que, muchas veces, confunde y prende nuestra mente solo a las realidades materiales sensibles y palpables, y no sumergir en la vida espiritual, no sumergimos en la vida en el Espíritu. Muchas veces, dejamos de cultivar la vida mística, porque estamos envueltos demasiado en nuestras realidades materiales y existenciales.
¡Que belleza es la vida mística! No necesitamos ir para un convento, para un monasterio, no necesitamos ser monjes. Todos nosotros podemos vivir esta realidad, cuando nos ponemos en la presencia de Dios de forma completa. Porque, somos muy fragmentados, pero es en Dios que somos plenificados. Y , a partir de eso, Dios nos pone en comunión con la realidad celestial presente en nuestro medio.
Tenga comunión, relación y proximidad con su Ángel de la Guarda, haga su oración de consagración a él
Los Ángeles en la vida de los patriarcas, en la vida de los profetas, en la vida de Jesús, los ángeles en la vida de María, los ángeles en nuestra vida no son solo emisarios bíblicos; él están presentes en todas las Sagradas Escrituras, del Génesis al Apocalipsis. Ellos están presentes en nuestra vida desde cuando somos concebidos hasta ir para el Cielo, desde que dejemos ellos hacer compañía a nosotros, y hagamos, de verdad, comunión con nuestro Ángel de la Guarda.
Todo niño, desde cuando es concebida en el vientre de su madre, gana ese regalo de Dios: un Ángel compañero. Tenemos un Ángel a nuestro lado y lo ignoramos, no nos comunicamos con él. No es para vivir en el alto, ser personas aéreas, porque la vida mística hace de nosotros personas centradas y orantes.
¡Que belleza nunca estamos solos, porque los Ángeles de Dios caminan con nosotros! Por eso, ten comunión, relación y proximidad con su Ángel de la Guarda, haga su oración de consagración a él, reza la oración del Santo Ángel a cada día, pero más que eso, va con su Ángel adorar el Señor, póngase en la presencia del Señor. Llame su Ángel amigo para guiar, caminar y para todas las situaciones de la vida.
En tus alegrías, no olvides de tu Ángel; en las tentaciones, llame tu amigo, ti Ángel de la Guarda, en los peligros de la vida, en las adversidades y en todos los momentos, porque, hay personas que solo enciende la “llama” del Ángel cuando esta pasando por una situación difícil.
¡Dios te bendiga!
