Necesitamos de la intercesión poderosa de San José para que las familias tengan paz, salud y protección
“José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo” (Mt 1, 20)
Hoy, celebramos San José. Él es el padre adoptivo de Jesús él es el esposo de la Virgen María, es el guardián de toda la Iglesia Universal, el protector de nuestras familias y de nuestras casas. Por eso, nuestro corazón, hoy da una pausa en la vivencia cuaresmal para celebrarnos, de forma solene, aquel que es el padre adoptivo o patrono de toda la Iglesia.
Miremos para José en la perspectiva de salvación, aquel que es un colaborador en el plan divino, siendo el responsable por cuidar de la vida humana de Jesús, garantir que Él tenga un padre, que tenga seguridad, protección, amor y ternura paterna. ¡Como es necesaria esta presencia de José!
Dios es Padre y quiso que Su Hijo tuviera un padre también aquí en la Tierra; y José cumplió ese papel de forma sublime, él se desdoblo para ser el padre del Hijo de Dios, encarnado y humana en nuestro medio.
José cuido del otro tesoro necesito del corazón de Dios, que es la Madre de Jesús, la bienaventuranza, la siempre Virgen María. Él fue el compañero de ella, fue su protector, su amigo y, por encima de todo, su hermano en la fe. José fue aquel que estuvo con María para ayudarla de Jesús, a ser la Madre más vive y más presente en la vida de Cristo, teniendo un compañero a tu lado.
José es un hombre puro, casto y correcto, es modelo de obediencia a Dios por encima de todas las cosas. La Iglesia camina en la obediencia a Dios, y tiene en San José su inspirador, su modelo y patrono.
¡Miremos para las familias! ¡Como necesitamos de la intercesión poderosa de San José para que las familia tengan paz, salud, protección y, especialmente, el consuelo y la protección divina!
Cuando las cosas no están bien, cuando tenemos señales de desespero, cuando no entendemos lo que ocurre en nuestra vida, tenemos San José, el justo, aquel que se somete a la voluntad de Dios.
Hombre de plena confianza en Dios enseñe nuestros padres, enseñe a cada uno de nosotros a poner solo en Dios nuestra confianza.
¡Ruega por nosotros, San José!
¡Dios te bendiga!
