Necesitamos ser piedra de salvación en el camino de los hombres y de la construcción del Reino de Dios
“Pero Jesús se volvió y le dijo: «¡Retírate y ponte detrás de mí, Satanás! Quieres hacerme tropezar. Tus ambiciones no son las de Dios, sino las de los hombres”. (Mt 16, 23).
Tal vez tu puedes asustar con el Evangelio de hoy, porque Jesús esta primero alabando, enalteciendo y exaltando la fe de Pedro, incluso, esta confirmando que él es la piedra de salvación. Cuando Pedro piensa como Dios, cuando él tiene la mentalidad de un hombre de Dios y se deja guiar por la revelación divina y profesa su fe en Jesús: “Tú eres Cristo, el hijo de Dios vivo”, Pedro se convierte piedra de salvación y de edificación, usada para construir el Reino de Dios.
Cuando el mismo Pedro reprende a Jesús, porque no quiere que Él pase por el camino de la cruz, él esta pensando como los hombres, y peor que pensar como los hombres, él esta pensando como el maligno. Es por eso que Jesús lo reprende: “¡Va para lejos, satanás! ¡Tu es para mí una piedra de tropiezo, porque no piensas las cosas de Dios, sino las cosas de los hombres!”.
En el Reino de Dios también es así, podemos ser piedra de salvación, porque la piedra de salvación es una bendición. Queremos atravesar un río y tiene aquella piedra que podemos pisar para caminar hacia adelante, pero si tiene una piedra de tropiezo, tropezamos, caímos y la tragedia es grande.
Necesitamos ser piedra de salvación en el camino de los hombres y de la construcción del Reino de Dios. Si pensamos con la mentalidad mundana, si negamos la cruz de Cristo, si no abrazamos Cristo crucificado, si no abrazamos nuestra cruz de cada día, nos convertirnos piedra de tropiezo en el Reino de Dios, y es triste constatar que estamos atropellando mucho.
Existen muchas piedras de tropiezo en nuestros caminos, porque nosotros, a menudo, nos hacemos piedras de tropiezo en el camino de otros, pensamos con una mentalidad mundana, pensamos en el Reino de los Cielos de forma humana y mundana, y no con la mentalidad de Dios.
Dios no quiere que seamos piedras de tropiezo en la vida de nadie. Va para lejos de nosotros todo pensamiento del mal, porque necesitamos ser piedra de salvación en el camino y en la vida de nuestros hermanos.
¡Dios te bendiga!