22 Nov 2017

Solo alcanzamos la gracia de Dios se corremos atrás

No faltará la gracia de Dios para quien corre atrás, con el poco o para quien tiene mucho.

“Llegó el segundo y el dijo: Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más. A él también le dijo: Tú estarás al frente de cinco ciudades”. (Lc 19, 18-19).

La parábola que escuchamos, hoy, nos cuenta que diez empleados recibieron cien monedas de plata del patrón y él dijo: “Busquen negociar hasta que vuelva. Cuida de las monedas que recibieron y las multipliquen”.

Me recuerdo de personas que tenían el viejo hábito, algunas todavía tiene, que poner el dinero debajo del colchón, porque no confían en el banco o no saber hacer una aplicación para que renta alguna cosa, entonces, prefieren dejar debajo del colchón.

Antiguamente, teníamos el fenómeno de la inflación desenfrenada, galopante: un dinero que vale un real, pasan algunos meses no valía más nada. Entonces, ese era puesto debajo del colchón, si fuésemos cogerlo después de 10 o 20 años no tendríamos nada, porque él solo serviría para museo. El dinero recibido fue simplemente “enterrado.

Puede ser una comparación monetaria y económica, ya que, en muchas situaciones la economía rige las relaciones humanas, sin embargo, Jesús esta diciendo con esta parábola de que forma debemos administrar la gracia, los dones, los talentos que recibimos de Dios.

Podemos ser displicentes, negligentes y, simplemente, tomamos la gracia de Dios y ponemos debajo del colchón: “Esta guardada. Nadie se mueve. No estoy corriendo riesgo. Solo me miro, esta debajo de mi colchón”. Estamos durmiendo sobre nuestros talentos, estamos sobre la gracia de Dios y no la estamos llevamos, a crecer y multiplicar.

No me refiero solo a las cosas religiosas, Dios quiere que todos nuestros talentos sean multiplicados, sean religiosos o no. Es tan bonito ver cuando una persona, comienza haciendo una cosa pequeña y después a transformar en un don mayor.

Vi personas que comienzan del cero vendiendo un helado, un dulce; después de ser capaces de tener una industria, una fábrica. Otras, que no tenían la capacidad para leer y ni escribir, y convertirse grandes médicos y profesionales de la vida.

No importa en que punto te encuentras en tu propia vida, lo que importa es quedarnos escondiendo dinero debajo del colchón; escondiendo el tesoro, el don y el talento, necesitamos correr atrás.

Delante de una onda de desanimo que esta por ahí, muchos dicen: “No consigo empleo. No consigo nada en la vida”. Conseguiremos si la llave que nos mueve es persistente, la insistencia, la lucha. Es correr atrás.

No faltará la gracia de Dios para quien corre atrás, con el poco o mucho que tiene. Vemos cosas maravillosas, con personas que no se entregan al desanimo, pero que coren atrás.

Si corremos atrás para mejorar en la vida, la gracia de Dios nos acompañara donde quiere que estemos.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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