09 Jun 2020

Seamos luz en la vida de nuestro hermano

“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo podrá ser salada de nuevo?” (Mt 5, 13).

Aquel que es discípulo de Jesús se convierte sal de la tierra y luz del mundo. Como es importante tener sabor, gusto y sentido para nuestra vida, es decir, conferimos un significado en lo que somos y realizamos.

Nadie disfruta una comida que no tiene sabor, que no es temperada para conferir sabor; también no podemos ser aquellas personas que no tiene gusto, sabor y no temperan, en otras palabras, necesitamos primero dejar que el Evangelio pueda dar sabor y sentido a nuestra vida; y, donde quiere que sea, llevemos el sabor del Evangelio a las personas.

No se trata de fanatismo, de agresión religiosas, de imposición de lo que creemos. Muchas veces somos incluso discretos, ni usamos palabras, pero nuestra presencia confiere sabor.

Aquel que es temperado por la luz del Evangelio se convierte luz en la vida de su hermano

Es tan bueno tener personas en nuestro medio que traen un gusto diferente para la convivencia y para la relación. No es es porque reza o sabe mucho, pero porque ser una persona que tiene gusto en lo que hace, no es aquella persona que donde llega la presencia de ella es desagradable, no tiene gusto de estar con ella.

No necesitamos ser pesados, inconvenientes, no necesitamos imponer, necesitamos tener sabor de pureza, de bondad, de misericordia, discreción y amor. Son sabores que emanan de nosotros sin muchas palabras, pero emanan por el testimonio de vida, por la coherencia evangélica, por la presencia de quien más que hablar, hace y vive lo que cree.

Aquel que es sal, se convierte luz. Tenemos muchas cosas oscuras en el mundo en que vivimos, donde vemos las personas perdidas de un lado para el otro, y es tan bueno cuando encontramos alguien que es luz en la vida.

Quien es luz no es aquel que sabe o o habla mucho, luz es aquel que vive en la luz, que vive iluminado, vive en la serenidad de ser guiado por Dios y va ser luz también para la vida de los demás.

Lo que no falta es quien lanza la oscuridad en la oscuridad, es quien trae más tinieblas para el corazón de muchos con pensamientos equivocados, visiones oscuras y sentimientos distorsionados. Aquel que es temperado por la luz del Evangelio se convierte luz en la vida del hermano.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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