14 Jun 2019

Que nuestros ojos estén vueltos para el bien

“Quien mira a una mujer con malos deseos, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mt 5, 28).

La Palabra de Dios es una referencia para nosotros, no solo de conversión. La conversión pasa por la purificación y, como necesitamos ser purificados de la intenciones, de los deseos, de la malicia que entro en nosotros, que esta oculta en la penumbra de los pensamientos y sentimientos.

La malicia que no es combatida ni purificada engendra codicia, y estamos tratando eso con un cierto relativismo moral que la sociedad nos impone. Tal vez, en nuestra consciencia, posamos decir: “Yo nunca he adulterado”, pero estamos nutriendo sentimientos impuros, aún más en la era de la revolución virtual, digital, donde tan fácilmente se pasa cosas impuras, sucias, piadas, cosas indecentes y muchas otras cosas que quitan la pureza de nuestra mirada.

La mirada es la luz del cuerpo. Si la mirada esta contaminado por la impureza, el cuerpo también se va contaminar por esta impureza, y las malas intenciones van crecer en nosotros.

La verdad es que nadie comete adulterio de la noche para el día, él primer es concebido y engendrado. Vamos cultivando aquel sentimiento, aquella relación de una forma fria, como si no tuviera nada, pero la medida que alimentamos y dejamos eso crecer en nosotros, el deseo es concebido.

David, cuando peco, él primer miro aquella que estaba se duchando, él vio de su palacio. Podía haber quedado allí, pero él corrió atrás de lo que miro. Muchas veces, estamos dejando nuestro corazón crecer en deseos impuros, codiciamos aquello que no nos pertenece. Si alimentamos, después no damos cuenta.

Para tener un cuerpo en la santidad, es necesario tener una mirada que sea vuelto para el bien

Cada uno mira para sí, para su propio corazón y para su propia vida, pero no alimente los deseos impuros, porque estos deseos alimentados, después son difíciles de ser combatidos.

Pide ayude, busque dirección espiritual, busque una buena confesión, pero no trate de cualquier forma, porque nadie de nosotros puede decir que no va caer, ninguno de nosotros puede condenar aquel que cayo, pero necesitamos cuidar de nosotros para cuidarnos unos de los otros. Necesitamos cuidar de la pureza de nuestra mirada, de la pureza de nuestras intenciones y de nuestra voluntad. Para tener un cuerpo en la santidad necesitamos tener una mirada que sea vuelta para el bien.

La sociedad pornográfica y moral…. Ni mismo nuestros niños están inmunes a eso. Por eso, padres, cuiden bien de lo que entra por los celulares, computadores, programas de televisión, para que el mal no viva en nuestra, porque, después, es difícil quitar el mal. Es necesario cuidar para después no sucumbir.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

Pedido de Oración

Enviar
  • Aplicativo Liturgia Diária

    Com o aplicativo Liturgia Diária – Canção Nova, você confere as leituras bíblicas diárias e uma reflexão do Evangelho em texto e áudio. E mais: você ainda pode agendar um horário para estudar a palavra por meio do aplicativo.