04 May 2022

¿Cuál es la voluntad de Dios para tu vida?

“La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre: que el que ve al Hijo y cree en él, tenga Vida eterna y que yo lo resucite en el último día».” (Jn 6, 39-40).

¿Cuál es la voluntad de Dios para mí? ¿Cuál es la voluntad de Dios para ti? Que yo no me pierda, que tu no te pierdas, que encuentre la verdad, que encuentre a Cristo; que tu encuentres el sentido de tu vida. En primer lugar, tu necesitas tener consciencia de eso. Por supuesto que, poco a poco, cada uno de nosotros va siguiendo la vida, va descubriendo la vocación, tu realidad especifica, tu forma de glorificar a Dios – siendo padre, siendo casado, siendo consagrado, viviendo la realidad del mundo del trabajo, siendo fermento en el medio del mundo con las personas -, cada uno va descubriendo el propio lugar. Pero, hoy, el Evangelio quiere revelarnos esta voluntad primera, la voluntad de Dios primera para todos nosotros: que nadie se pierda; que nadie quede desorientado en la vida, que nadie pierda el sentido de vivir, que ninguno de nosotros pierda la voluntad de dar tu vida por amor a las personas.

El Evangelio quiere revelarnos la voluntad primera para todos nosotros: que nadie se pierda

Jesús ha venido para que todos nosotros nos reencontremos, porque, realmente, de hecho, nosotros estábamos perdidos. Por causa de la experiencia de Adán y Eva, nuestros primeros padres, nosotros quedamos desorientados porque nos apartamos de Dios, porque nosotros pretendemos seguir nuestra vida de una forma independiente. Y, cuando nos apartamos de Dios, quedamos desorientados; pero cuando estamos cerca de Dios, aún en el medio de la duda, de la tribulaciones, nosotros sabemos nuestro camino, nuestro destino.

Pero eso – la misión de Jesús de hacernos reencontrar – , enciende dentro de nosotros aquel mecanismo de la libertad, justamente porque Jesús no “fuerza las cosas”; Jesús no nos obliga a nada, hasta para elegir el infierno nosotros somos libres. Es fuerte esta expresión, además, hasta para elegir vivir una situación de infierno y eso entra en juego nuestra libertad. Jesús no quiere jamás, y Dios no quiere jamás, que nosotros vivamos en situación de infierno o elegir el infierno, pero Él nos deja libres.

Yo puedo ser libre porque Jesús ya me dio una otra alternativa: el camino de Él, que es reencontrarme. Por eso, yo puedo elegir. Además, es interesante que Jesús, al hacer eso, se arriesgo mucho, porque yo y tu podemos elegir el contrario, pero es así: el amor se arriesga. Y Jesús se arriesga mucho, pero se arriesgo para darnos la segunda posibilidad. La posibilidad de vivir cerca de Él, la posibilidad de estar en tu camino constantemente, de orientarnos apartir de su Palabra para que Él nos resucite en el día final.

Justamente es lo que esta en el Evangelio: “Yo resucitare en el último día”, para que nuestra vida aquí, en la tierra, pueda, después, seguir en la vida eterna con el Señor. Por eso, hoy, Él necesita encontrar dentro de mi, dentro de ti, ese deseo, Él necesita encontrar dentro de nosotros esta elección correcta, para que nuestra vida realmente tenga rumbo. Jesús no quiere que nosotros perdamos el rumbo de nuestra vida, y sí que nosotros podamos orientarnos por medio de su Palabra.

Que, hoy, Tu gracia pueda llegar hacia tu corazón. Oriente tu vida para Cristo, y Él llevará todos nosotros de vuelta para el corazón del Padre, en la vida eterna.

Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!

Pai das Misericórdias

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