17 Apr 2018

Necesitamos tener comunión con Jesús

Es necesario tener comunión con Jesús, es necesario comulgar de los sentimientos y pensamientos de Él

“Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo». Jesús respondió: «Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo” (Jn 6, 32-33).

Los judíos se saciaron del maná que descendió del Cielo. El pan que vino por medio de Moisés fue un contentamiento momentáneo para ellos, porque el verdadero pan vino del Cielo.

El pan que nos da vida vino del Cielo, y tenemos que acercarnos de él. Todas las veces que hablamos del pan del Cielo, nuestra referencia va para la Eucaristía, pero antes de la Eucaristía ser el sacramento de la presencia de Jesús en nuestro medio, ella nos remite al propio Jesús. Hay una manera de comulgar la Eucaristía sin recibir Jesús y, muchas veces, cometemos ese desliz, ese error gravísimo. Nos acercamos de la comunión sin la debida conciencia, sin el verdadero discernimiento de esta presencia real y verdadera pero, sobre todo, no buscamos tener comunión con Aquel que estamos recibiendo; creemos que basta comulgar que ya estamos salvos.

No es solo la “comunión Eucarística” que nos salva, es la comunión Eucaristía vivida y celebrada en la vida, es la Eucarística que necesita estar extendida en todo aquello que hacemos. Es necesario tener comunión con Jesús, es necesario comulgar de los sentimientos de Jesús; comulgamos de la Eucaristía, pero no comulgamos de los pensamientos de Él. Hay situaciones donde recibimos la Eucaristía todos los días, pero los pensamientos y los sentimientos están bien lejos de Dios.

La Eucaristía es el pan de la vida, es el pan que descendiente del Cielo para dar vida al mundo. ¿Y que vida es esta? La vida de acuerdo con el Reino de los Cielos. El pan nos permite ser transformados, transubstanciados por el cuerpo del Señor.

Nuestra humanidad necesita permitir ser transubstanciada y transformada en la vida que Dios trajo para nosotros. Comulgar del pan del Cielo no es solo recibir la Eucaristía; comulgar del Pan del Cielo es permitir que la Eucaristía realice el cambio en nosotros. Necesitamos transformarnos en el buen trigo de Cristo, para sernos “pan de Dios” para la vida de nuestros hermanos.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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