19 Jan 2022

Permita que Jesús cure tu mano paralizada

“Jesús dijo al hombre que tenía la mano paralizada: Ponte de pie y colócate aquí en medio. Después les preguntó: ¿Qué nos permite la Ley hacer en día sábado? ¿Hacer el bien o hacer daño? ¿Salvar una vida o matar? Pero ellos se quedaron callados. Entonces Jesús paseó sobre ellos su mirada, enojado y muy apenado por su ceguera, y dijo al hombre: «Extiende la mano.» El paralítico la extendió y su mano quedó sana” (Mc 3, 3-5).

La mano paralizada, mis hermanos, representa el hombre en su incapacidad de dar y de recibir. Pero no basta solo tener una mano aparentemente sana para recibir y para dar, porque nosotros podemos dar y recibir de una forma enferma, de una forma equivocada. Jesús, con ese gesto, Él cura nuestra forma de dar y de recibir; Él cura, muchas veces, en la raíz, un problema que nosotros tenemos en el momento de ofrecer nuestro amor o en el momento de recibir el amor de los demás.

Nuestra madre quedo enferma desde aquella experiencia dramática en el Eden. Nuestros primeros padres, Adan y Eva, no supieron recibir el don de ser imagen y semejanza de Dios, ellos acabaran robando, en lugar de acoger el don. Al extender la mano para coger el fruto prohibido, ellos fueron mordidos por la serpientes, que los engaños sobre el amor de Dios, y sus manos convirtieran paralizadas. Adan se convirtio incapaz de amar y ser amado; amor no se roba; amor se recibe. Los dos pensaban que podrían tener las cosas, las personas e, incluso, tener a Dios. Y el resultado fue trágico: nosotros nos convertimos hombres y mujeres de mano paralizada.

Curar la mano paralizada es cuestión de vida o de muerte; si yo te mantengo abierta, recibiendo y donando, yo produzco vida; del contrario, yo produzco muerte

La vida en sí tiene un ciclo: alguien es amado, por eso, ama; recibe, por eso, dá. ¡Y todos nosotros recibimos la vida como un don! Además; ¿nosotros sabemos hacer de nuestra vida un don para los demás? ¿O sera que manipulo el amor de las personas? Será que quiero comprar el amor del otro, o poseer y hacerlo igual a mi (de la misma forma, de la forma de pensar, de mi forma de ver las cosas)?

Amor manipulado es esteril, vacio, seco; es un amor que selecciona a quien se va amar, excluye a quien no se quiere amar; vive en grupos, en circulos cerrados. Y quien así ama no ama con el amor de Cristo.

Por eso, Jesús comienza trayendo aquel hombre para el medio, para que todos nosotros nos identifiquemos con él, para que yo y tu reconozcamos: “Yo soy esta persona; tengo la mano paralizada, yo estoy incapacitado de amar; yo estoy aún amando de una forma defectuosa, interesada”.. Tu puedes identificar en tu vida todos los motivos que llevaran su mano a este estado: egoísmo; encerramiento; falta de perdón; orgullo; vanidad; ganancia; odio; venganza; todas estas cosas puede haber convertido su mano en mano paralizada.

Curar esa mano paralizada es cuestión de vida o de muerte; de bien o de mal. Es la forma como se usa la mano, si mantengo abierta, recibiendo y donando, yo produzco vida; del contrario, yo produzco muerte.

¡Cristo nos salva de forma enferma con que vivimos el amor; Él nos hace completos en el amor, sabiendo recibir y sabiendo donar!

Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¡Amén!

Pai das Misericórdias

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