“Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!” (Lucas 12,49).
Hoy es domingo, día del Señor, y esta parte del Evangelio nos asusta un poco, ¿no lo es? “¿Porque Jesús no es el Hombre de la paz; no es el Hombre de la misericordia? Como así “¡Él vino tirar fuego sobre la tierra e incluso que ya estuviese encendido!”
Mis hermanos, Nuestro Señor esta diciendo de la radicalidad de vivir Su Palabra, que Él quería sí de lanzar este fuego sobre la tierra, y Él lanzo ese fuego sobre la tierra porque no vino aquí jugar de ser Dios y de presentar Dios para el mundo. La venida de Él incluso nos encendio el corazón de mucha gente para seguir a Él, para amar a Él, pero extermino también el pecado; extermina el pecado.
Él vino lanzar fuego sobre la tierra, Él vino, de hecho, separar, dividir, aquel que es Suyo y aquel que no es Suyo. No es que él quiso romper sencillamente, pero Él presento el Evangelio, presento la radicalidad de vivir una vida en Él, consecuentemente, las personas van decidir por Él o no van decidir por Él.
Que vivamos con radicalidad el Evangelio
Jesús fue incluso duro diciendo de la división que habría dentro de la familia. “¡Como así el padre contra el hijo; la madre contra la hija; ¿cómo así? ¡No puede ocurrir eso!”. No es que Jesús quiso eso o quiere eso-,y vivir la santidad, mi hermano y mi hermana, es tan serio —, que es eso que acaba ocurriendo: esta división, pero no por causa de Nuestro Señor, pero por causa de las personas.
Cuantos, desgraciadamente, sí, pelean. Pelean porque “esta persona frecuenta la Iglesia” — y tu eres esta persona que va en la Iglesia, participas, llevas una vida en Dios y, muchas veces, no es comprendido, es o no es verdad —, pero, mi hermano y mi hermana, sigue en el camino con Dios, sea fiel a Nuestro Señor; y esta división que va ocurrir, después, cada uno va prestar cuentas delante del Señor.
¿Qué es importante para mí, qué es importante para ti? Vivir la Palabra, permanecer en la palabra de Dios; permanecer junto a Nuestro Señor; permanecer en Él, vivir la fidelidad en Él . ¡No te importes con las divisiones! Tu puedes incluso haber ocasionado divisiones, pero tu necesitas estar unido a Dios. ¡Y, unido a Dios, que tu puedas contagiar estos hermanos, más aún, que exista división, no te importes! El importante es que tu estés unido a Dios, unido a Nuestro Señor.
¡Que Dios te bendiga, bendiga tu camino de fe! Y que vivamos con radicalidad el Evangelio, la Palabra, no nos importando mucho con la división que existe, pero nos importante estar cada vez más unido a Cristo. Esté unido a Cristo, que yo esté unido a Cristo”.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
