Toda la humanidad debería volverse, para salvar la vida de los niños
“Herodes se enojó muchísimo cuando se dio cuenta de que los Magos lo habían engañado, y fijándose en la fecha que ellos le habían dicho, ordenó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y sus alrededores” (Mt 2, 16).
En la alegría de este tiempo Navideño, no podemos cerrar los ojos para la realidad de la vida a la cual vivimos. El nacimiento de Jesús trajo luz y alegría, pero, también trajo descontentamiento y opositores. Trajo aquellos que se manifiestan contra la vida, porque Jesús vino para que todos tengan vida en abundancia.
Quisieron matar Jesús aún niño, sus padres huyeron para el Egipto para salvar la vida de Él. Por causa de Él y queriendo encontrarlo, Herodes violento y malo, mandó matar todas los niños. Desgraciadamente, lo que Herodes hizo sigue ocurriendo aún en los días de hoy. Niños mueren de forma inocente, mueren aún en e vientre de muchas madres, mueren en los primeros días de la vida, mueren victimas de violencia, de golpes, victimas de hambre, mueren porque no son amadas, cuidadas y ni tratadas con la debida dignidad.
No podemos cerrar los ojos y creer que, ahora en Navidad todo es fiesta, luz y alegría. Mirando para el mundo de la forma en que él se encuentra, necesitamos rescatar vidas, porque es bello saber que Dios nos trajo la vida, pero Él vino para que todos la tengan, y “todos” incluyen, principalmente, nuestros niños. Ellas necesitan, en primer lugar, ser amadas, cuidadas, respetadas, valorizadas y rescatadas. Si la mujer, por algún motivo o por alguna locura ella tendrá el derecho de quitar ese hijo. Aún que otros cuidan de este niño, lo ideal es que la madre cuida, pero matar jamás.
Jamás la cultura del aborto. Ninguna permisión para el aborto debemos dar, además, cuidemos del niño que nació; necesitamos dar condiciones mínimas para que estos niños sobrevivan.
Toda la humanidad debería volverse, para salvar la vida de los niños. Existen campañas maravillosas de combate al aborto y vamos continuar combatiendo a favor de la vida. El niño cuando nace necesita ser acogida, amada, cuidada, necesita tener nuestro cariño. Ayudemos, mis hermanos, las familias más pobres, ayudemos las madres que pasan por dificultades psicológicas, psíquicas, afectivas y espirituales.
Donde existir una vida humana, que podamos dar lo mejor de nosotros para ella; no es tomar el niño de la “mano de sus madres”; lo ideal es que cada madre cuide de sus hijos, pero, lo que podemos hacer para dar nuestro apoyo espiritual, psicológico, afectivo, humano y espiritual; lo hacemos. Pues, es Jesús que esta presente en cada una de estos niños.
¡Dios te bendiga!
